El cultivo de malanga –tubérculo con una textura similar al camote o papa- representa una alternativa de ingresos para productores del sur sureste del país, puesto que es posible sembrarla en zonas no aptas para cultivos convencionales, no es necesario destinar hectáreas de otros productos agrícolas y se pueden utilizar superficies de alta humedad, resaltó la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural.
Con un volumen nacional de 47 mil toneladas, con valor económico de 252 millones de pesos, Veracruz se ubica como la principal entidad productora, con 43 mil 500 toneladas, provenientes principalmente de los municipios de Actopan y Úrsulo Galván, mientras que Nayarit se coloca en segunda posición con cuatro mil 300 toneladas.
De acuerdo con el profesor investigador del Colegio de Postgraduados (Colpos), Campus Veracruz, Alberto Asiain Hoyos, en el proceso de siembra se manejan entre 12 mil y 17 mil plantas por hectárea y se obtienen rendimientos de alrededor de 40 toneladas por hectárea en un ciclo de entre seis y ocho meses.
Sobre los costos de venta, refirió que el precio más bajo se ubicó en 80 centavos el kilo pagado al productor, no obstante hay épocas donde alcanza de cinco a ocho pesos por kilo, lo que la vuelve atractiva para otros productores, como los de caña de azúcar que alternan entre ambos cultivos.
Según el tipo de suelo, es posible cultivar la malanga con poco aporte de fertilizante, lo que representa un potencial para sembrarse en zonas de alta humedad como Veracruz, Tabasco, Campeche o regiones donde se disponga de un buen recurso hídrico, señaló el experto.
La siembra de este tubérculo demanda mucha mano de obra, por lo que es una ventana de oportunidad para generar empleos en los estados, tanto en labores de cultivo como de poscosecha.
Actualmente se cultiva con sistema de riego rodado con posibilidad de adoptar otros sistemas para eficientar el uso de agua.
Asiain Hoyos explicó que al ser un cultivo reciente en el país no han aparecido problemas de enfermedades, hongos y plagas; sin embargo, no está exenta de que se presenten en un futuro, por lo que es importante implementar buenas prácticas de manejo.
El investigador aseguró que el Colpos trabaja en desarrollar agroindustrias, donde los productores, además de vender la malanga como materia prima, la conviertan en frituras, harina para panadería y repostería u hojuelas, entre otras presentaciones que le confieren valor agregado.
Informó que el Campus Veracruz del Colegio tiene un banco de germoplasma in vitro en el que se desarrolló un protocolo de propagación y actualmente se cuenta con 14 especies inscritas en el catálogo de variedades vegetales del Servicio Nacional de Inspección y Certificación de Semillas (SNICS).
Señaló que en conjunto con la Secretaría de Agricultura del estado se trabaja en el fomento al consumo interno de malanga, diseminar material seleccionado a los productores que la cultivan y en aumentar el abasto de semilla.
La malanga es una de las primeras plantas que se domesticaron en el mundo, probablemente desde hace 10 mil años. Proveniente del sur de Asia, pasó por África y llegó a las zonas tropicales del continente americano en las embarcaciones de esclavos.
El cormo (tallo) de la malanga posee almidones de grano muy finos de alta digestibilidad (a diferencia del camote o la papa) y se consume en muchas partes de Asia, Cuba, República Dominicana y Puerto Rico.
Es una planta excelente para la alimentación humana, por sus nutrientes, y también es una alternativa para la alimentación animal de cerdos, bovinos, ovinos y peces.