Por Gael Buendia
Las elecciones intermedias de este martes 8 de noviembre que se llevarán a cabo en Estados Unidos en cierta forma equivalen a una suerte de referendo sobre la gestión del presidente Joe Biden. Y es que lo que está en juego es crucial para el futuro político del país, pero, sobre todo, podría ser incluso la antesala de una nueva contienda entre Biden y el republicano Donald Trump.
Por vía de mientras, lo que definirá esta elección es qué partido se queda con el control del Congreso, que por ahora lo domina los demócratas por un margen muy limitado. Por lo que está en juego los 435 escaños de la Cámara de Representantes, que tienen que someterse a votación cada dos años y 35 asientos del Senado, que consta de cien integrantes, cuyo mandato es de seis años.
Por lo que el control del Congreso dependerá, en buena parte, el rumbo que tome en los últimos dos años la presidencia de Biden, así como sus posibilidades de presentarse como un candidato sólido para 2024.
Y cabe señalar que, en 36 estados, los votantes también acudirán a elegir a sus gobernadores. Como también es menester recordar que, en 2020, cinco de ellos, (Arizona, Georgia, Michigan, Pennsylvania y Wisconsin) estaban bajo el control republicano y ahora son demócratas. Y no es por demás recordar que todos estos estados tienen múltiples contiendas críticas para definir temas esenciales como es el derecho al aborto, la política económica, la educación y el cambio climático.
Y algo que han puesto a temblar a los demócratas es los sondeos que proyectan a los republicanos como los favoritos para reconquistar la Cámara de Representantes debido, principalmente, a la frustración de los electores por la elevada inflación y los altos precios de la gasolina.
La mayoría culpa a la administración Biden de no haber manejado con suficiente destreza estos dos problemas en particular. Pero sobre todo que el gobierno ha prometido ayuda monetaria y hasta el momento la mayoría de los estadounidenses no ha visto esa promesa en su cartera.
Por otro lado, los congresistas demócratas han centrado sus esfuerzos para mantenerse en el poder en su defensa al derecho al aborto. Mientras que en el Senado el panorama es aún incierto debido a que hay varias contiendas en las que la batalla está muy reñida, entre ellas la de Georgia.
Pero ¿qué representaría el regreso de los republicanos a tener la mayoría en la Cámara Baja?
Dicen los expertos en la política que sería un enorme triunfo para Trump y sus políticas. Lo que sería, para empezar, que los esfuerzos del Comité del 6 de enero para llevar a juicio a todos los que participaron en la insurrección del Capitolio por negarse a reconocer el triunfo de Biden quedarían frustrados.
Y por si fuera poco esto le quedaría libre de culpa a Trump para presentarse sin problemas en la contienda presidencial de 2024 y completar la agenda que inició en su primera gestión en temas como la seguridad fronteriza, el rechazo al cambio climático, los ataques a los inmigrantes y la venta libre de armas de alto poder.
Mientras tanto el líder republicano de la Cámara Baja, Kevin McCarthy, está listo ya para esa posibilidad y ha presentado un plan llamado “Compromiso con Estados Unidos”, en el que se define un conjunto de políticas económicas, y otros asuntos que los republicanos han marcado como sus prioridades para los próximos años.
Y por supuesto es de esperarse, al mismo tiempo, que los republicanos hagan hasta lo imposible por bloquear la agenda de Biden en los próximos dos años, por lo que sus esfuerzos para avanzar ciertos temas como la reforma migratoria, la implementación de políticas ambientalistas y el freno a la venta de armas queden solo como buenas intenciones.
En lo que respecta al Senado, si éste pasa de nuevo a manos republicanas, Biden estaría bajo una mayor investigación y supervisión de sus actividades gubernamentales y se le podría complicar más el panorama a la hora de nominar a funcionarios para distintos cargos en las ramas judiciales y ejecutiva.
Así que todos estos temas están en juego el próximo martes y por supuesto Joe Biden reza a todos los santos para que los votantes voten de los estadounidenses les sean favorables para seguir con sus propósitos de campaña.