Por Víctor Sánchez
Podemos empezar señalando que una de las principales causas de las adicciones es la relación que existe entre rasgos de personalidad y la posibilidad de generar dependencias.
La impulsividad, es uno de los rasgos más comunes, que se refleja cuando las personas reaccionan a situaciones cotidianas sin reflexionar y sin anticipar consecuencias de sus propios actos. Así también pueden tener dificultad para seguir planes, establecer objetivos y pueden presentar conductas autolesivas, es decir, que se hagan daño ellos mismos.
La agresividad, es otra causa de las adicciones, por ejemplo el trastorno límite de la personalidad, el trastorno bipolar, la depresión, trastornos de ansiedad, la esquizofrenia, la sociopatía y la psicopatía pueden aumentar el riesgo de adicción.
Los traumas psicólogicos, el abuso sexual, la inestabilidad en el cuidado maternal y/o paternal (padre o madre ausentes), historial de adicción en alguno de los padres, pérdidas significativas de seres queridos (duelos no resueltos), asi como las personas que tienen problemas de salud mental no tratados, como depresión, ansiedad o trastorno de déficit de atención e hiperactividad (TDAH) tienen más probabilidades de volverse adictas.
Por otro lado, tenemos que las consecuencias de descontrolados niveles de ansiedad, ideaciones suicidas, daños cognitivos en las funciones superiores (memoria, atención, pensamiento y lenguaje), afectaciones en la personalidad (la persona parece ser diferente a como era antes), daño en el control de los impulsos y generalmente una gran pérdida de la capacidad para priorizar actividades, entre muchas otras.
Desde una perspectiva médica, las consecuencias de las adicciones pueden estar relacionadas con daños coronarios, afectaciones pulmonares, déficits nutricionales, aumento del riesgo de sufrir infartos de cualquier índole, síndromes de abstinencia grave (por ejemplo el delirium tremens en el caso del alcoholismo), etc.