Por: Arturo Paz, reportero de Nuevo México Plural/Cámara de Diputados
El Espacio Cultural San Lázaro de la Cámara de Diputados llevó a cabo la presentación del libro “El expediente Anna Ajmátova”, del autor Alberto Ruy Sánchez, la cual es una biografía novelada de esta poeta rusa a quien el régimen autoritario de Moscú silenció y castigó.
El director general del Espacio Cultural San Lázaro, Ismael Carvallo Robledo, señaló que en el espacio cultural se hace converger el diálogo, la lectura, la literatura y las letras para promover el arte y la belleza.
Mencionó que “la entraña de la historia de este libro es la manifestación de una pasión que se destila de una manera muy bella”. Con ello, dijo, se busca reproducir “el ánimo que queremos impulsar en el Espacio Cultural de generar una atmósfera de intimidad”.
Al presentar al autor, Claudia Lizaldi, actriz y conductora, destacó que este Espacio Cultural San Lázaro fue creado como una plataforma de actividades culturales de la Cámara de Diputados que complementan y enriquecen el trabajo legislativo a través de eventos donde se combinan las artes, las humanidades y la filosofía y así lograr convivir, conjuntar y cocrear.
Refirió que el autor, Alberto Ruy Sánchez, tiene más de 150 premios nacionales e internacionales en 30 años de carrera. En febrero de 2000 el gobierno de Francia lo condecoró por su obra literaria y editorial como miembro de la Orden de las Artes y las Letras, y le otorgó el grado de oficial. Como narrador, dijo, es un autor de culto, sus libros no dejan de reeditarse, y como ensayista es un respetado e influyente crítico cultural.
En tanto, el autor Alberto Ruy Sánchez hizo notar que su novela se basa en la historia de la autora y poeta Anna Ajmátova, una mujer rebelde. Explicó que más que ser un libro sobre cómo el poder autoritario reprimió a una creadora, “a mí me interesó cómo se arma ella de fuerza y de entereza para sobrevivir una situación tan difícil”. Todos los capítulos del libro son pequeños y “traté de que cada uno de ellos fuera como una micronovela”.
Refirió que “nosotros vemos en el momento más difícil de la Revolución que muchos creadores se unen a la Revolución y son a los que peor les va; los que no querían estar en la Revolución se fueron del país, pero los que se quedaron les tocó ver qué pasaba. Muchos colaboran hasta cierto punto, pero después les iba mal”. Ella no era militante, pero su marido sí.
La novela, agregó, se detiene en 1921 y habla del comienzo de esta mujer y cómo buscó su propia voz poética para tener algo que decir en la vida que realmente fuera importante, “no escribir lo que sea” y aplicar la cultura clásica a la vida cotidiana.