Por Tomás Rojas Madrid
La inseguridad, venta de drogas, las narco ejecuciones, los cobros de piso, extorsiones y otros delitos, no van a parar en la CDMX, mientras existan los “padrinos” de alto nivél que protejan a los grupos que crean ese panorama que tiene más que fastidiados a los capitalinos.
Nombres de funcionarios que juegan con la inseguridad de los capitalinos hay muchos, pero por el momento no los mencionamos, no por miedo, sino por precaución, pues si ellos se protegen, porquë nosotros no.
Todos los que estamos cerca de las fiscalías, las jefaturas de policía, las agencias del Ministerio Público, y todas las entidades al servicio de la gente, sabemos que ahí está el billete.
No estamos descubriendo el cafë con leche, ni mucho menos, pero es necesario poner bien claro que es la gente de “arriba” la que crea el presente y el futuro de las ciudades.
No son los policías, no, pues ellos solo reciben órdenes del mando, porque éste también recibe órdenes de “allá arriba”.
Ejemplo claro, la liberación del hijo del Chapo Guzmán durante un operativo en la ciudad de Culiacán en el 2018.
A Ovidio Guzmán lo dejaron ir tras una llamada del presidente Andrés Manuel López Obrador, confirmando que la policía, el Ejército, la Marina, la FGR, o cualquier otra autoridad, no se mueve si no existe el ” visto bueno” del funcionario en turno.
Entonces, quién crea la inseguridad en las ciudades o en los países?, esa pregunta, ni se pregunta.
La semana pasada, comentamos de sendos operativos en los Reclusorios Sur y Oriente de la CDMX, luego de que “alguien” colocó, cerca de las oficinas del Sistema Penitenciario de la capital del país, una manta con mensaje en el que se denunció la enorme corrupción en esa instancia gubernamental, que desde siempre ha sido señalada como el núcleo de la corrupción en la gran metrópoli.
Sabemos todos que desde las cárceles se planean los asaltos, los secuestros, las extorsiones, los fraudes a bancos y cuentahabientes, pero ninguna autoridad pone freno a todo eso.
La respuesta al porqué de esa situación es bien sencilla: a los delincuentes se les deja trabajar para que cubran las cuotas que también les cobran los funcionarios; los vigilantes y custodios solo reciben órdenes.
Ejemplo de esa protección, lo tenemos en los operativos que se llevaron a cabo en las cárceles capitalinas; en el Reclusorio Sur, tras “minuciosa revisión”, drogas, teléfonos celulares, pantallas de televisión, tarjetas clonadas, y muchos objetos que son herramienta para la delincuencia, fueron hallados y asegurados.
Hasta ahi, todo bien, pero viene un detalle, que la celda uno de los líderes del grupo criminal La Unión de Tepito, Brandón Pérez, alias El Boss, así como la de su lugarteniente identificado como El Roy, y al menos otros cinco de ese grupo delictivo, no fueron revisados. Qué sospechoso, no cree usted?
Entonces nos queda claro la complicidad de funcionarios y criminales, dando paso a la respuesta sobre quién promueve la inseguridad en las ciudades.
No tengo que mencionarlo, usted ya sabe la respuesta.