*** La depresión, tema de genética, brotó con el Covid-19
Víctor Sánchez
Con la pandemia de Covid-19 se seguirá viviendo por lo menos una década, mientras que el estigma que gira en torno a estas enfermedades seguirá complicando el diagnóstico y su tratamiento.
Los expertos invitaron hacer conciencia sobre esta enfermedad y eliminar los estigmas.
“Una persona con depresión no es débil ni perezosa; es una persona enferma. Se requiere atención médica especializada para su oportuno diagnóstico y tratamiento”, afirmaron,
“Ninguna persona merece vivir deprimida”.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), se estima que en América Latina el 5 por ciento de la población adulta en edad productiva sufre algún tipo de depresión.
ACRECENTÓ EL PROBLEMA
La Asociación Psicoanalítica Mexicana, informó, desde 2020 la depresión es la principal enfermedad mental en el país y la pandemia de Covid-19 acrecentó este problema.
“Esto se debe no solo al confinamiento, sino a la pérdida de trabajos, de los seres queridos”.
La presidenta de la Asociación Psiquiátrica Mexicana, Jacqueline Cortés, comentó, la depresión es una enfermedad hereditaria, aunque esto no significa que forzosamente alguien con padres depresivos tenga que desarrollar el padecimiento.
La psiquiatra indicó, “los hijos de padres depresivos corren dos o tres veces más riesgo de padecer depresión que aquellos hijos de padres no depresivos”.
Sin embargo, precisó, la pandemia de Covid-19 ha provocado que quienes tenían ese riesgo, debutaron con depresión en los últimos dos años, derivado de las restricciones por la emergencia sanitaria. Es trascendental identificar los síntomas de la depresión.
Estos se detectan cuando las personas experimentan tristeza, irritabilidad, sensación de vacío o una pérdida del disfrute o del interés en actividades, la mayor parte del día, casi todos los días.
A su vez, dijo, presentan otros síntomas como dificultad para concentrarse, falta de energía, autoestima baja, alteraciones del sueño y fluctuaciones en el peso.
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Expertos señalaron que pese a que la depresión es una enfermedad más reconocida, todavía existen algunas barreras para su tratamiento.
“El autoestigma y el subdiagnóstico son las principales barreras a las que nos enfrentamos”, acotó.
Agregó, los mitos y el contexto social de las personas suelen complicar el diagnóstico y que se llegue al tratamiento adecuado.
Detalló, otro de los problemas es que el número de especialistas no cubre la demanda de atención; en México, por ejemplo, solamente se cuenta con cinco mil psiquiatras para atender a más de 126 millones de personas.
Por ello, detalló la académica, el número de pacientes tratados en América Latina es apenas una tercera parte de quienes viven con la enfermedad.
Lamentó, “se siguen manteniendo enfermedades mentales sin tratamiento”.
LA PRÓXIMA DÉCADA SE SEGUIRÁN ATENDIENDO
Mientras tanto, el director del Centro de Investigaciones del Sistema Nervioso (Cisne) México, Edilberto Peña, señaló, “en la próxima década se seguirán atendiendo las consecuencias de la salud mental en la población que vive en el contexto de la pandemia actualmente”.
En el Día Mundial de la Lucha contra la Depresión, que se conmemora cada 13 de enero, el neuropsiquiatra manifestó, la depresión es una enfermedad compleja, crónica y recurrente que afecta a más de 280 millones de personas a nivel mundial.
Edilberto Peña comentó, este padecimiento se ha visibilizado como nunca por la pandemia por Covid-19, debido a que se ha incrementado hasta en 20 por ciento su incidencia en algunos países como México.
Resaltó, “la ansiedad también se ha incrementado en 50 por ciento; mientras que el intento de suicidio hasta en 40 por ciento”.
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