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.El ahogamiento como causa de mortalidad es 100 por ciento prevenible; la principal medida para evitarlo es la estrecha vigilancia de niñas y niños, quienes tienen más riesgo de sufrir este tipo de accidentes, afirmó el jefe del Departamento de Urgencias del Instituto Nacional de Pediatría (INP) de la Secretaría de Salud, León Felipe Mendoza Vega.
Destacó que este tipo de accidentes no sólo se presenta en albercas, playas o ríos, también ocurre con frecuencia en el hogar, donde se almacena agua, como cisternas, tinacos, e incluso cubetas, ya que sólo se requiere que el agua cubra la cara para obstruir la vía aérea y afectar la oxigenación.
En entrevista por el Día Mundial para la Prevención de Ahogamientos, que se conmemora este 25 de julio, señaló que una niña o un niño de un año puede ahogarse al tener la cara sumergida durante 30 segundos; en caso de que sobreviva puede sufrir graves lesiones neurológicas.
Explicó que es fundamental la atención en los primeros minutos de la sumersión para lograr la sobrevida de la persona y reducir al mínimo las secuelas neurológicas que ocasiona la falta de oxígeno.
Al sacar a la persona del agua se le debe dar ayuda de rescate, lo que se conoce como respiración boca a boca; de esta forma se transmite aire a sus pulmones.
“Se debe cubrir firmemente con la boca, la boca de la persona afectada, oprimir con los dedos su nariz, mantener su barbilla levantada y cabeza inclinada e iniciar con las insuflaciones como maniobras iniciales de soporte básico de vida”, explicó.
También hay que llamar al número de emergencias 911 para solicitar una ambulancia que traslade al paciente a una unidad médica especializada, ya que se requiere una sala de choque y equipo médico multidisciplinario para su atención.
Indicó que 90 por ciento de los casos que llegan con vida al hospital por sumersión presentan secuelas graves a nivel cerebral, pulmonar, intestinal y cardiaco.
El especialista detalló que la población más vulnerable a sufrir un accidente por ahogamiento son niñas y niños menores de 14 años, y los varones tienen 2.5 veces más riesgo que las mujeres. La posibilidad se multiplica por diez cuando se trata de un adolescente que consumió bebidas alcohólicas.
Mendoza Vega recomendó a madres, padres y personas cuidadoras que, en centros recreativos acuáticos, no pierdan de vista a niñas y niños, estar cerca de ellos; de preferencia, contar con conocimientos en técnicas de reanimación cardiopulmonar o llevar equipo de reanimación cardiopulmonar.
Resaltó la importancia de mantener cerradas con tapa de metal y candado las cisternas, sellar los tinacos y evitar que niñas y niños se acerquen a los espacios donde están cubetas, tinas o piletas con agua.
El Secretariado Técnico del Consejo Nacional de la Prevención de Accidentes (STConapra), destaca en el Informe sobre la prevención de accidentes en grupos vulnerables 2019 bit.ly/3OtRM2R que en 2018 fallecieron por ahogamiento mil 789 personas, cifra que representó la disminución de 47.4 por ciento en la tasa de mortalidad con respecto a la registrada en el año 2000.
Esta reducción es resultado de la puesta en marcha del Modelo Integral para la Prevención de Accidentes en Grupos Vulnerables (Mipra), que se creó con el objetivo de disminuir daños a la salud por cinco de las principales causas de accidentes: ahogamientos, asfixias, caídas, envenenamientos e intoxicaciones y quemaduras accidentales.
Datos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) bit.ly/44GOjmG muestran que en 2019 fallecieron en el mundo 236 mil personas por ahogamiento, que representó la tercera causa de muerte por traumatismo no intencional.
En abril de 2021, la Asamblea General de la ONU estableció en su resolución A/RES/75/273 la conmemoración del Día Mundial para la Prevención de Ahogamientos el 25 de julio, con el objetivo de crear conciencia sobre el impacto trágico y profundo de este tipo de accidentes en las familias y comunidades, así como ofrecer soluciones de prevención y salvar vidas.