Por Víctor Sánchez
A veces coexisten los problemas de salud mental y los trastornos de uso de sustancias.
Esto se debe a que, ciertas sustancias pueden causar una adicción en personas que experimentan uno o más síntomas de un problema de salud mental
Los problemas de salud mental a veces conducen al consumo de drogas o alcohol, ya que algunas personas con un problema de salud mental pueden utilizar incorrectamente estas sustancias como una forma de automedicación
Los trastornos mentales y del uso de sustancias comparten algunas causas subyacentes, como los cambios en la composición del cerebro, las vulnerabilidades genéticas y el contacto temprano con el estrés o el trauma.
Los problemas por uso de sustancias se observan más frecuentemente asociados a ciertos problemas de salud mental, entre los que se incluyen:
Depresión; Trastornos de la personalidad; Esquizofrenia; Trastornos de la personalidad; y Trastornos de uso de sustancias.
Se ha dado a conocer que, actualmente los trastornos mentales afectan al 30 por ciento de la población en México, pero sólo una de cada cinco personas enfermas recibe tratamiento y se considera que una de las principales causas es que no hay conciencia de que estas alteraciones pueden ser tratadas desde sus etapas tempranas, pues quienes reciben atención tardan de siete a 30 años en llegar a ella.
Asimismo, existen factores de riesgo para desarrollar adicciones y alteraciones de la salud mental, el más importante para ambos es la violencia, por lo que la situación actual es una limitante importante para obtener los resultados deseados en las intervenciones, además de la segregación de la atención, ya que en los hospitales generales y el primer nivel de atención aún no se cuenta con las herramientas suficientes para atender estas necesidades de salud.
La media de aparición de los trastornos de ansiedad es a los siete años, por lo general no se aplican estrategias de intervención en esta etapa y cuando existe esta alteración es tres veces más alta la probabilidad de desarrollar el abuso de sustancias.
Sin embargo, éste no es el único riesgo, pues se ha visto que el uso de mariguana precede, en algunos casos al suicidio, tanto en hombres como en mujeres; además, aumenta la probabilidad de brotes de depresión. Hay siempre una conjugación de factores que se heredan, de aquellos que ocurren durante el desarrollo y del contexto en que nace y crece la persona, que se constituyen en factores de riesgo para éste y otros desenlaces, en muchos casos prevenibles.
Por lo tanto, la mejor intervención que podemos dar es de prevención desde la infancia, ya que es la etapa donde se pueden obtener más y mejores logros ante una buena estimulación del desarrollo.
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