Hemos iniciado un año en el que la dimensión electoral de nuestra democracia nuevamente vuelve a ser uno de los temas más importantes de la vida y a concentrar la atención de múltiples personas, y un componente de esta dimensión son ineludibles, son los comicios locales de Coahuila y del Estado de México cuya Jornada Electoral se celebrará el próximo 4 de junio.
Ambos procesos electorales, aunque iniciaron formalmente el primer día de enero de este año, y en ambos las precampañas arrancaron el 14 de enero pasado, han comenzado ya, como es natural, a generar una efervescencia política que viene permeando en la conversación pública desde hace varios meses.
La relevancia que han adquirido estas elecciones locales deriva de al menos dos fenómenos que trascienden la escena política estrictamente local. Por un lado, la innegable, preocupante polarización e tolerancia que se ha instalado en la discusión pública y, por otro lado, las naturales, evidentes expectativas que sobre los resultados de estas contiendas han construido las fuerzas políticas, las distintas fuerzas políticas contendiente, las organizaciones de la sociedad, los medios de comunicación también, de cara a las elecciones federales de 2024.
Y es que estos dos comicios, el del Estado de México y el de Coahuila, constituyen el cierre del ciclo de renovación democrática del poder en el país de cara a las que serán en un año y medio, las elecciones más grandes de nuestra historia, tanto por el número potencial de electores, como por el número de cargos públicos que se renovaran en las urnas.
En un contexto así, de crispado y con tantos intereses en juego, es necesario insistir en la importancia de la integridad electoral, tanto para la gobernabilidad democrática que surja de la votación obtenida en las urnas, como para la paz pública que, resulta indispensable y que forma parte del sistema electoral y democrático que hemos venido construyendo y, particularmente en estas elecciones.
Es natural que las apuestas políticas se centren todas en la Jornada Electoral, pero este es un buen momento para recordar que siempre hay un día después y el día después es el momento en el que los problemas que hoy tenemos seguirán y tendremos colectivamente que resolverlos.
A tan sólo cinco días de que empezaron que empezaron las precampañas aquí en el Estado de México, celebro que estemos firmando este acuerdo para impulsar la integridad de las elecciones, con la presencia de los representantes de los poderes Legislativo, Ejecutivo y Judicial de la entidad; de los partidos políticos, así como de las autoridades electorales locales y federales, tanto administrativas como jurisdiccionales.
Me importa señalar que, con este acuerdo, buscamos que quienes están involucrados en las elecciones del Estado de México, ya sea como contendientes, autoridades o como integrantes de los poderes públicos, nos comprometamos, todos, así de cara a la ciudadanía, a respetar las reglas del juego democrático; que cada actor político institucional, honre sus convicciones democráticas y que quienes compitan por la gubernatura lo hagan conforme al marco legal vigente, conforme a las reglas del juego que han sido pactadas, suscritas, aceptadas por quienes compiten en las urnas.
Que se hagan pues con plena convicción de que el arreglo democrático es un arreglo que vale la pena respetar y eso pasa por ser un arreglo cuyas normas aceptamos y cumplimos.
Y, en ese sentido, asumir que la única incertidumbre que se vale en democracia es la incertidumbre sobre quien va a ganar en las urnas, hasta que las autoridades electorales den los resultados.
Sin duda, se requieren conocimientos técnicos, logísticos y de campo para la instalación de las más de 20 mil 300 casillas que tenemos previstas instalar para garantizar que cada uno de los 12.5 millones de mexiquenses inscritos en la Lista Nominal pueda ejercer su derecho al voto libre.
De ahí la importancia que requiere, que supone, para la integridad electoral y desde aquí el compromiso del personal del INE en ese sentido y estoy seguro del Instituto Electoral del Estado de México, el Servicio Profesional Electoral que ha venido capacitándose durante años y que cuentan con la experiencia y los conocimientos de la dinámica social de cada sección electoral en esta entidad para caminarla y recorrerla con responsabilidad y compromiso cívico.
Esos conocimientos son parte del legado que el sistema nacional de elecciones ha aportado a la convivencia democrática de nuestra nación en los últimos años.Es un hecho que conforme perfeccionamos nuestros procedimientos electorales, adquiere mayor importancia el contexto en el que ocurre la competencia electoral.