Por Víctor Sánchez
Existen estudios que marcan que la edad promedio de inicio del consumo de sustancias psicoactivas es de 14 a 15 años, aunque hay conocimiento de muchos casos de niños y niñas que empiezan el consumo a los 12 años aproximadamente.
Encontramos que existen 2 productos de acceso usualmente a las adicciones en la adolescencia: el alcohol y la marihuana.
Debido a que son de fácil acceso y aprobación social, por un lado, el consumo de alcohol a temprana edad no suele verse como un problema, pero efectivamente puede convertirse en uno, ya que puede promover ansiedad, agresividad, depresión, e irritabilidad. Por otro lado, la marihuana a pesar de su carácter de ilegalidad en algunos países, y que desgraciadamente en México se ha aprobado su consumo, es altamente aceptada por grupos de adolescentes como la vía de acceso a nuevas sensaciones y a búsqueda de experiencias más pesadas con el consumo de drogas.
Es preocupante, el consumo temprano de drogas, en el sentido en que aumenta considerablemente las probabilidades de que al pasar a ser adultos las personas sufran algún tipo de adicción. Así también, varios estudios demuestran que el consumo temprano de marihuana, siendo este entre los 12 y los 15 años de edad aproximadamente, incrementa la posibilidad de padecer esquizofrenia y otros trastornos psicóticos al pasar a la edad de adulto, así como daños cognitivos y de personalidad.
Aun así, existen acciones claves para lograr la prevención de las adicciones en niños, jóvenes y adultos.
Una de las acciones es la psicoeducación, que consiste en enseñar a las personas de todas las edades, primordialmente a todos los niños y a los jóvenes, el tipo de drogas que existen, y las consecuencias de cómo afectan la mente y el cuerpo, por consumirlas. Es decir, se tiene conocimiento que la educación es la primera arma responsable contra el consumo adictivo de consumo de alcohol y de drogas.
Una segunda acción es, que al saber que las drogas son un tema incómodo, aún así se debe tratar, se debe hablarlo en el hogar, sobre todo sabiendo si hay hijos o familiares en plena niñez o adolescencia. Sin duda el hablar libremente acerca del tema y permitir el intercambio de participación de los menores al hacer preguntas, respecto al consumo del alcohol y las drogas, fomenta la confianza en ellos de no tener miedo ni sentirse juzgados por realizarlas, por lo que al tratar el tema uno debe de estar lo más informado posible. Por lo tanto, hablar del tema, sin lugar a dudas, es una forma de prevención de adicciones. Ya que esto evitaría que los jóvenes se sientan enclaustrados y coartados en sus hogares, empezando a tener conductas evitativas y buscar formas de escape en el alcohol y en las drogas desde un inicio.
Y por último, la mejor forma de lograr la prevención de adicciones es interviniendo a tiempo, por lo que será necesario consultar desde el primer momento del conocimiento de un especialista de la salud para evitar que el consumo se torne grave y adictivo. El apoyo de un psicólogo o de un psiquiatra, sin lugar a dudas te ayudarán a identificar el porqué te has enganchado en una adicción y qué tipo de herramientas podrás usar para alejarte de tal eventualidad.