Todo pasa y nada es para siempre
Por Nidia Sánchez
De personalidad apabullante, visionaria, su sola presencia marca un antes y un después en el ambiente artístico-cultural contemporáneo en Chihuahua, que la vio nacer. Nuestra gran poeta María Dolores Guadarrama Orozco, se forjó en el mundo de las letras a temprana edad, refugiándose en los libros como sus maestros. Alimentando su alma de los verdes secos y espinos, del enorme desierto chihuahuense.
Al preguntarle cómo se ha ganado la presencia internacional, responde que los privilegios te los tienes que ganar aun hayas nacido de una familia acomodada, “claro, cuesta mucho más cuando partes de nada (…) “Comencé a salir del país desde joven porque ya me tocaba del cielo”.
A fines de los años 70´ y principios de los 80´, María fue cantante de música latinoamericana, interpretando a los grandes cantantes de aquellos tiempos, trabajó para un grupo del Instituto de Bellas Artes la Universidad Autónoma de Chihuahua, su voz entonaba las letras de grandes poetas que a su vez interpretaban cantantes como Mercedes Sosa, Silvio Rodríguez, Violeta Parra, Víctor Jara, entre otros; con el tiempo sintió que había celos porque trabajaba entre varones, “de por sí que las mujeres hemos sido difíciles para reconocer el trabajo y el talento entre nosotras, afortunadamente los tiempos están cambiando, aunque sea paulatinamente, ahora nos aceptamos, nos reconocemos y entendemos mucho más, nos empoderamos, apoyamos y eso es reconfortante”.
Pero volvamos a los inicios de su carrera, cuando cantaba con su compañero -un talentoso músico de aquellos años- y de eso vivían, entre conciertos y cafés cantantes o peñas que eran un poco más comunes.
María Dolores “más María que Dolores” –para los amigos-, es una artista que se abrió oportunidades y tenía la osadía de querer cambiar el mundo, siempre se inclinó por el arte y la belleza, enamorada de la estética y la generosidad, nos cuenta, que aún la llena de ternura y gratitud, la joven dulce e inocente, valiente y arrojada, que fue, y reconoce, no con pena sino con sincera alegría, porque gracias a eso es la persona que ahora habita el mundo, y que, con dedicación y asombro puede entender la magia de la vida, su vida.
Ser auténtica nunca ha sido fácil, no es bien visto, ni es permitido en ningún tiempo en la historia de la humanidad, ser diferente realmente tiene sus costos, en la familia, en las escuelas, en el entorno donde te desenvuelvas, la sociedad impone sus normas y el sistema te exige cumplir con ellas por absurdas que sean. Sí, siempre fui rebelde –afirma-, aún lo sigo siendo ante lo que considero que es injusto, seguramente no tuve la espada suficientemente afilada, en mis años mozos era la rarita, la mística, la extraña, entonces busqué un refugio y lo hallé en la poesía, que ese sí era seguro.
Así empecé a escribir prosa poética, cuento, relato, algo de novela, y artículos. Con este equipaje salió del país – su trabajo gustó-, anduvo por el mundo errante, se hizo más independiente, luego se dio cuenta que su trabajo valía.
El camino recorrido de María Dolores Guadarrama es multifacético, a los 16 años, Premio Nacional de la Juventud 1976, otorgado por el Instituto Nacional de la Juventud (de inmediato aparecieron sus viajes por el mundo, Europa, Asia, África), pasó por las filas del periodismo cuando colaboró en el periódico El Norte en los tempranos años 80´, estuvo al frente de un periódico en Ciudad Cuauhtémoc, hizo crítica social, y no pudo continuar porque se dio cuenta que no podía estar eternamente peleada con el mundo, es la primera locutora que tuvo la tierra que le vio nacer, donde tenía un programa nocturno musical.
Transcurrían los años 90´ cuando escuchó que en la presidencia municipal de su ciudad, unas personas recopilaban poemas para publicarlos, “no sé cómo me atreví, estaba en mi trabajo, recuerdo que fui a casa y saqué de la antigua petaquilla, una carpeta amarilla por los años, donde guardé los textos que escribía cuando era niña, y elegí tres o cuatro hojas, las menos raídas por el paso del tiempo, las coloqué en una carpeta más limpia, y las llevé al lugar indicado, apenas las revisé, no había tiempo de más, esperé mi turno, entregué un papel donde anoté quién era y qué había hecho, cuál era mi trayectoria, para aquel entonces ya tenía parte de un camino recorrido en la cultura. Esta fue la primera publicación de una antología, donde también aparecen textos de la gran Nellie Campobello.
Muchos años después uno de estos textos fue musicalizado por el joven chihuahuense Anthony Escandón, el poema “Diente de león” que pertenece a una antología de 1994, que ha sido un acierto debido a la aceptación en nuestro país y buena parte de América Latina. “Ese poema debo haberlo escrito a los 13 o 14 años, y si lo hubiera cantado en mi juventud lo hubiera hecho así”.
María ha sido promotora cultural independiente con la única meta de ampliar el conocimiento, el amor por el arte y la cultura, sin otra expectativa que ayudar en su propia búsqueda a otros que también quieren un mundo más amable, con menos prejuicios y tratar de alcanzar a través de esa experiencia un poco más de conciencia que solo se adquiere a partir del conocimiento que da la lectura, no olvidando que una mala lectura sacrifica una buena lectura.
Asegura que observar en silencio se convierte en un perfecto aliado de la paz y la justicia, de buena voluntad, como aliada para vivir el mundo. Que de la boca sale de lo que el corazón está lleno, de ahí la importancia de cuidar nuestras palabras, que son poderosas y a medida que nos vamos dando cuenta, vamos creciendo para ver el mundo, hay que subir a las altas cimas, es la manera de ir transformando tu mundo.
Esas han sido mis intenciones en la vida, por eso siempre recomiendo a las parejas jóvenes con hijos pequeños, tener libros en casa, dejarlos en la mesa, tener agua fresca, nunca me caso de soñar, que provoque a la belleza, al regocijo de vivir, que el ambiente invite a la lectura, reflexionar y será una batalla ganada.
Solo puedo imaginar la casa de María con muchos libros, réplicas de cuadros de Picasso, Remedios Varo, Diego Velázquez, amante profunda del arte y la cultura, donde crecieron sus hijas Cecy y Alilé Leos, dos grandes artistas.
María lanzó su proyecto personal “Trazando la ruta de la poesía” en los años 2006-2007, llevando a comunidades del noreste de Chihuahua, talleres, efectuando lecturas en atril, invitando a participar al público en parques, auditorios municipales, y librerías, provocando que la cultura y el arte estuvieran cerca de su gente, de su tierra.
En Cuauhtémoc celebraron un festival municipal importante y este recuerdo viene a su memoria porque en el primer encuentro hizo una convocatoria a través de los periódicos, donde invitó a las mujeres poetas y fue tan grande la aceptación, que llegaron más de cien y esto dio paso en el norte de nuestro país (México) para que quedara de manifiesto que había mucho poder en la poesía, relatos, en la novela y en ese encuentro que fue un Tendedero poético, inspiración su amigo el maestro José Aragón, instalados en la plaza principal del pueblo (Cuauhtémoc), ahí convocaron a las mujeres con hojas y sus poemas, interactuando con el público, obsequiando las palabras escritas, fue un éxito maravilloso con lienzos que pintaron.
Estos eventos se replicaron en Chihuahua. A uno de los asistentes le llamó tanto la atención uno de sus poemas, que lo compró y lo tradujo al portugués, luego hicieron traducciones al inglés.
Estuvo en Círculos literarios en el estado de Chihuahua a los que perteneció con mucho orgullo –afirma-, sin embargo, llegó un momento en la literatura en que se empieza a no aceptar a otros de su tribu, “y no sé por qué en ese momento me sentí como Juan Salvador Gaviota, era como ya no estar en mi lugar. Ese rechazo en mis compañeros en el ámbito literario”.
Sentí un desconocimiento, sé que no solo es mi historia, nadie es profeta en su tierra, fui muchos años promotora cultural independiente, era más joven, con tanta fuerza, daba muchos talleres, me gustaba juntar a los artistas, siempre estuve pendiente del arte y la cultura, he creído y creeré que es una parte fundamental para salir de los dolores y las fatigas.
Cuando fui cantante sentí rechazo y comencé a poner mis ojos en otro lado, comencé a salir a Veracruz (al puerto). Conoció gente que apreció su trabajo, recibió invitaciones de otras partes, por aquel entonces el internet se utilizaba para los correos electrónicos e intercambiaban datos personales.
Todavía no había redes sociales, solo encuentros preciosos en Veracruz, personas de otros países, de otros estados, hay recuerdos gratos de una invitación por parte de una Universidad, precisamente en Xalapa.
Algunos de sus libros son “Tierra Norte”, “Molinos de viento” –editado por la Universidad Autónoma de Chihuahua- (1994), “Sangrar el trigo” (1996), “Quinto para un pretérito” una publicación en la que participó con los poetas Raúl Manríquez, José Luis Domínguez, Andrés Espinoza, y Marcelino Ruiz –Conaculta- (2002), “Hipérboles para una arpía” (2003), ha participado en tantas antologías que será posible desgranar completamente en otro momento, y en esta ocasión será solo una pincelada.
“Tierra Norte” es una reflexión de que las personas son un reflejo de su lugar.
Gran parte de las obras de María Dolores Guadarrama están en la Biblioteca Nacional de Francia, entre otras bibliotecas importantes del mundo, incluido México.
Confiesa que cuando menos lo pensó “Molinos de viento” fue posible a través del maestro Enrique Servín, políglota que hizo la primera plaqueta de este libro lírico. Los mil que hizo la Universidad Autónoma de Chihuahua, hallaron su propio sendero, entre dioses y demonios, como es la vida misma.
Mi poesía era lírica, nunca hasta últimamente ha sido tan personal e impersonal, así es como los textos se abren sus caminos secretos, o cómo te explicas que la traducción de mis poemas fueron al japonés, persa, inglés, portugués, francés, italiano, y últimamente, al albanés.
He viajado por el mundo llevando mis libros y mis pies cansados con la esperanza de ver salir el sol cada día.
Sobre “El frágil sonido del silencio” (2013) nos comparte que se gestó cuando María empezó una compilación de los poemas que andaban rodando en los Tendederos poéticos, revistas y periódicos, para que se tradujera al francés, un idioma que disfruta, en gran parte porque tiene dos nietos franco-mexicanos, con los que siente que está cerca de ellos también a través de la lectura –a pesar de la distancia-. Este trabajo es una antología completa, que no fue fácil, lo tradujo magistralmente la maestra Brigitte Meloch, quien vive en Canadá.
El libro se trabajó en Montreal con la editorial Alondra que estaba en su apogeo, luego de que en México no les interesó, hubo una editorial que quiso imprimir, sin embargo, la propuesta fue cara, así que se trató de un peregrinaje, como suele ocurrir.
La traducción al francés de sus poemas, le abrió las puertas en el Museo de Louvre, donde se presentó y posteriormente durante un Encuentro Internacional de Poesía en París, compartió el poemario acompañada de una actriz francesa.
Ahí surgieron acercamientos con una poeta iraní que se enamoró de los textos y tradujo algunos al persa, así comenzó la magia, luego otras traducciones al árabe, solo por amor al arte en el que ha encontrado amigos como ocurrió con el poeta portugués Fernando Cabrita a quien conoció en Marruecos, durante un encuentro en una Universidad marroquí, él habla bien el español y le tradujo poemas como lo hizo con otros poetas.
Su trabajo poético había sido traducido por una académica de una universidad de Sao Paulo, Brasil, ocurrió gratamente durante un año sabático, fue una antología al portugués, al inglés, luego Armando Rojas le tradujo también, lo que ha sido una cascada de sorpresas, que llevan detrás mucho trabajo.
Ha sido traducida al Kosovo, se enteró recientemente. Ha pensado que los escritores pagan una fortuna por ser traducidos, la poesía es como la música, toca los corazones.
María piensa que la belleza del mundo está en todo lo que nos aleje de la crueldad.
“Rumor de incendio” es otro de sus libros que te toca profundamente, es prosa. Recuerda que en una Feria del libro en Nueva York, quería estrenar un libro y presentó “Ciego instinto”, con tal éxito que se vendieron los 300 ejemplares y no le quedó ninguno así que reeditaron “Rumor de incendio” y “Ciego instinto”.
No hago esto por ego –aclara- es porque amo la literatura tanto como a la tierra, tengo cosas que publicar, la mayor parte de mi obra está basada en la tierra.
Entre las pasiones de María está remover la tierra para plantar, las manos se manchan por el polvo, se ensanchan, es maravilloso saber a qué saben los frutos que tienes en tus manos, disfrutar la cosecha. El cuerpo es un vehículo que está ocupado por cosas que valen la pena, es por esto que estamos en el planeta.
Entre sus poetas favoritos está Walt Whitman a quien encontró en su juventud, el gran Miguel Hernández, Federico García Lorca, Charles Dickens, que mucha de su poesía está enfocada en la tierra, la poesía china que es extremadamente terrestre del cielo a la tierra, ellos son parte de su mundo. Actualmente su amigo Julio César Arciniegas, colombiano, su poesía versa sobre la tierra, que sus manos conocen perfectamente.
Al preguntarle cómo observa la vida ahora, piensa que son tiempos de cambios mayúsculos, radicales, fuertes, duros, y sin embargo, cree en el advenimiento de una época dorada que la humanidad ha esperado mucho tiempo.
El mal es todo aquello que nos divide. Yo quiero pensar que esto puede cambiar, la tecnología nos ha rebasado, no así el amor por nosotros mismos. El primer alimento del hombre es el oxígeno, y si nos niegan el derecho a respirar no vamos a pensar con libertad.
El confinamiento ha traído más enfermedad, oscuridad, desaliento y pérdida de la libertad que es importante, y no radica en que siempre estés en las calles, sino que la libertad está dentro del ser humano, en su mente, corazón, pero si no hay opción de ver florecer los árboles, te vas a perder ese goce, a los ancianos les han negado el derecho de salir a comprar a las tiendas, y si acaso no creemos que podemos ayudarnos los unos a los otros, la pregunta es: ¿Qué nos queda?.
Todo pasa y nada es para siempre, esto tendrá que ser un capítulo de la historia.
La conciencia es lo que nos hace más humanos, si no hay conciencia de que vivir es algo hermoso y delicado, habría que preguntarnos sobre la huella que cada uno va a dejar en la tierra, hay mucho dolor, ¿Cuál es el sentido de vivir en este planeta?, ¿Comer y dormir?, deben ser cosas más elevadas, de la mano de la naturaleza para volver a sacudirse todo el dolor que le hemos infringido. Somos el animal más evolucionado del planeta.
Poner atención en la vida, en la cotidianidad, en cada cosa que hacemos porque es importante, en todos los actos de la vida, hacerlas bien hechas, si se come, se duerme, si vas a amar, ama, dejar de odiar, ser más empáticos. Si la atención es vaga, es pérdida de tiempo. Hay que despertar.
Me gusta cumplir con la palabra, así es como se comienza a crear el mundo, es la varita mágica para que todo aparezca ante tus ojos, accionar con el poder de tus palabras.
La conciencia es cuestión de escalones y de arriba ves mejor el panorama. Las cosas no son fáciles. Adoro el campo, la empresa familiar, la casa, la literatura.
Tengo libros pendientes, mucho que escribir, una colección de cuentos y proyectos.
Para María queda claro que generalmente los gobiernos aceptan a quienes se promueven en su trabajo sin que a veces cuente con la calidad, esta es la problemática en nuestro país, los recursos van destinados a intereses, los trabajos son apadrinados, revelando mafias aun en el arte y la cultura.