Política Electoral
Alfonso Alejandro Sánchez
Miles de personas, en su mayoría acarreadas, se congregaron desde temprano en los alrededores de la Plaza de la Constitución de la Ciudad de México para celebrar, junto al mandatario de las mañaneras, el rescate del sector energético y conmemorar los 85 años de la Expropiación Petrolera.
La movilización, sin duda, fue una respuesta a la manifestación que ocurrió el pasado 16 de febrero en la capital del país y en diversas entidades federativa a favor del Instituto Nacional Electoral (INE).
Las grandes multitudes de mujeres y hombres manifestaron, por segunda ocasión, su desacuerdo contra la polémica y anticonstitucional reforma electoral promovida por el inquilino de Palacio Nacional, siendo la mayor protesta de la oposición al Gobierno de la llamada cuarta transformación.
Ahora bien, amigo lector, la historia verdadera nos muestra que México llegó en la segunda década del siglo XX a convertirse en una de las potencias mundiales de producción de petróleo; actividad que creció desde el régimen de Porfirio Díaz.
Vayamos a las cifras reales del petróleo, donde no hay otros datos. Según diversos análisis difundidos en medios de comunicación a nivel nacional, en 1921, se llegó al punto más elevado cuando se produjo un promedio de 530 mil barriles por día. Y en 1923, ya existían en el país 14 refinerías, incluyendo una con capacidad de procesar más de 120 mil barriles diarios en Veracruz, propiedad de la empresa La Huasteca Petroleum Co.
Lamentablemente, amigos lector, también se ha creado la imagen de que México ha sido históricamente un país petrolero, la realidad es que el periodo en el que fue un importante productor es relativamente breve.
De acuerdo a algunos investigadores en la materia, en el año previo a la expropiación petrolera, realizada por Lázaro Cárdenas en 1938, la producción promedio fue de 128 mil barriles por día, apenas una cuarta parta de lo que se llegó a producir 17 años antes.
La empresa estatal, Petróleos de México, creada en 1937, luego convertida en Petróleos Mexicanos (Pemex), llegó a rebasar el millón de barriles diarios en promedio hasta 1979.
Durante las primeras décadas de la existencia de Pemex, el país se configuró paulatinamente como un mediano productor de petróleo, con una capacidad de refinación igualmente mediana para una economía pequeña en proceso de urbanización e industrialización.
En realidad, México fue un país con una producción petrolera importante a escala internacional entre 1979, cuando se llegó casi a 1.5 millones de barriles por día de producción en el contexto de la crisis petrolera mundial de ese año, y 2015, cuando se estaba en 2.3 millones de barriles diarios, pero con una balanza comercial que empezó a ser deficitaria en materia de hidrocarburos a partir de ese año.
Es decir, según algunos analistas, la exportación de petróleo crudo ya fue inferior a la importación de petrolíferos y gas, situación que permanece. Visto de otro modo, el petróleo fue muy relevante para la economía mexicana por poco más de tres décadas, entre 1979 y 2015.
Razón por la que fue tan complicado hacer una reforma que permitiera la inversión privada en el sector. Hubo que esperar hasta 2014, pese a que las tendencias privatizadoras en México comenzaron desde la segunda mitad de la década de los ochenta.
De ahí, que para el gobierno del inquilino de Palacio Nacional, el tema petrolero es emblemático y pareciera un sector que tiene un peso en la economía mucho mayor del que le corresponde en la realidad.
La visión ideológica, del dueño del partido guinda, se enraiza en el cardenismo, que ve al Estado como el gran protector de los desprotegidos y como el responsable de controlar los sectores estratégicos de la economía nacional, en primer lugar, el petróleo. Como siempre le digo, amigo lector, su opinión es la que cuenta.
En el tintero: Aunque va a la baja, diversas encuestas muestran a Claudia Sheinbaum, como la más próxima a consolidar a la llamada cuarta transformación, ya que representa al ala más radical de la izquierda, incluyendo al mandatario de las mañaneras…Sin embargo, diversos análisis y estudios electorales, advierten que si la ahora jefa de Gobierno de la Ciudad de México, llegará a presidir el país, con la intención de prolongar la 4T, enfrentaría problemas considerables, al no contar con un capital político propio, ni la popularidad ni la base dura y la lealtad de la que goza el dueño del partido guinda…Sheinbaum Pardo, de acuerdo a un estudio del Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP), podría ser la candidata Presidencial de un dividido Movimiento de Regeneración Nacional…Y advierte que tanto el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard; como el presidente de la JUCOPO en el Senado, Ricardo Monreal, no lo aceptarían “pasivamente”, aunque cooperarían con la candidata del presidente tabasqueño…También se especula, en el estudio del CEEPS, que ante la muy probable de su llegada y la de su equipo generaría una nueva ola de incertidumbre; y que la transición López-Sheinbaum podría ser similar a la de Lula da Silva-Dilma Roussef en Brasil en 2011, que concluyó con el fracaso de la mandataria, quien carecía del carisma y las buenas condiciones de Lula…Entre otras posibilidades para Morena, en la sucesión Presidencial de 2024, se plantea que la candidatura la abandere alguien más moderado, como Marcelo Ebrard y, en menor grado, Ricardo Monreal…Y en caso de obtener el triunfo algunas de estas dos opciones, remata el estudio del CEEPS, probablemente elegiría una senda de “social democracia” con aspiraciones más ortodoxas similares a las de Europa occidental…Alternativa que permitiría virar rápidamente y con mayor facilidad hacia la inversión y el consumo, mediante enfoques de mayor frescura que los actuales…Hasta la próxima entrega.