Política Electoral
Alfonso Alejandro Sánchez
¡Mi voto no se toca! El paradigma jurídico del Poder, cada vez se pone más en duda esta transición democrática que los actuales personajes que gobiernan al país no cumplen una representatividad del pueblo y mucho menos al partido que los postula, sino que se representan indignamente a sí mismos.
Esta crisis de representatividad del Poder y la ayuda de la libre expresión ejercida en los medios de comunicación, en cierta forma ha sido benéfica, para que los actores sociales reivindiquen también su acción y representatividad.
Es nuestro derecho, amigo lector, la opinión y la crítica del actual circo político. Con la llamada cuarta transformación, que encabeza el mandatario de las mañaneras, la política en México ha llegado a ser un verdadero circo, donde los presuntos representantes del Poder no son creíbles.
Son una especie de surrealistas de Poder macabra, morbosa, astuta pero no inteligente; auténticos maestros del disfraz y del engaño con discursos huecos de sentido; sujetos bañados en pureza con intensiones oscuras.
Retumbó la voz de la marea rosa y blanca en la Plaza de la Constitución: No se permitirá el desmembramiento del Instituto Nacional Electoral (INE) a través del mamotreto “Plan B”. A la intolerancia le estorba una institución aún fuerte y capaz.
Ante el fracaso y la falta de resultados, el llamado gobierno de la cuarta transformación, ya huelen su derrota y preparan la estafa, buscan desaparecer al árbitro para torcer la decisión ciudadana en 2024. La imposición del “Plan B” de la reforma electoral, es la crónica de un fraude anunciado.
Las y los ciudadanos no tienen miedo a los desplantes autoritarios. Aquí solo hay hombres y mujeres de conciencia libre, no tenemos miedo no tenemos miedo a los desplantes autoritarios que intentan callarnos, no querían que viniéramos pero aquí estamos, remarcaría Beatriz Pagés, ante un Zócalo repleto de mexicanas y mexicanos.
El pueblo de México tiene confianza en los ministros de la Suprema Corte de la Nación (SCJN), que en los próximos días, declararán inconstitucional el mentado “Plan B” de la reforma electoral que impuso autoritariamente el mandatario de las mañaneras y que mayoritariamente avalaron las y los legisladores del partido guinda y sus aliados en el Congreso de la Unión.
La Corte tiene en sus manos validar o no el “Plan B” de la reforma electoral, y desde el Poder Ejecutivo se ha arreciado la crítica hacia los ministros; debemos tener la confianza de que todas y todos ellos evidenciarán que no son ciertas las expresiones del inquilino de Palacio Nacional y de sus sumisos colaboradores.
Las y los ministros podrían ser considerados como defensores de privilegios solo sí debilitan a las instituciones electorales. Serían hipócritas si ocultan sus argumentos, si se apartan de sus intereses o si distorsionan las votaciones.
No hay manera en que la Corte declare constitucional lo aprobado por el Ejecutivo y el Legislativo, porque han disminuido los derechos políticos de los ciudadanos, por lo que, en las próximas semanas, las y los ministros tendrán la oportunidad de demostrar si los calificativos del mandatario de las mañaneras tienen o no fundamentos, remataría José Ramón Cossío, miles de personas que arribamos al Zócalo capitalino para participar en la concentración en defensa del voto.
Para concluir, hay que considerar que lamentablemente en el país, el ejercicio del Poder ha llegado a ser un juego nada ascéptico que consiste en descalificar sin tener la absoluta razón, afirmar sin severidad y postular sentencias políticas con cariz de universales.
Al ser poco serio, se cree que es permitido todo y se vale de cualquier estrategia en esta guerra por el Poder. Como siempre le digo, amigo lector, su opinión es la que cuenta.