Política Electoral
Daniel Osvaldo Sánchez
En diferentes momentos de la historia de México los temas principales del cómic, en el territorio nacional, han sido la mofa y la degradación del personaje político. Los programas de televisión de entretenimiento y humor han tenido como principales protagonistas a representantes políticos.
Esta crisis de representatividad del poder y la ayuda de la libre expresión ejercida en los medios, en cierta forma, ha sido benéfica para que los otros actores sociales reivindiquen también su acción y representatividad.
Es decir, los humoristas, moneros, actrices y actores cumplen un papel importante de representatividad social de quienes no tienen las herramientas mediáticas para hacer llegar esa opinión. Por otra parte, va siendo una gran desventaja, porque existen, cada vez menos, referentes de una figura de poder serio.
En este contexto, de acuerdo a otras entregas, debe reconocerse que la política de México ha llegado a ser un verdadero circo, donde los presuntos representantes propuestos a la presidencia o al poder no son creíbles; en pocas palabras, son auténticos maestros del disfraz y del engaño con discurso huecos de sentido, sujetos bañados en pureza con intenciones oscuras.
A decir de algunos juristas y politólogos, en el paradigma jurídico del poder se puede observar que cada vez se pone en duda la incipiente transición democrática, ya que sus actores políticos no cumplen una representatividad del pueblo y, mucho menos, al partido político, coalición o alianza que los postulo, sino que se presentan indignamente a sí mismos.
A manera de ejemplo de este espectáculo de circo, maroma y teatro, encontramos a las llamadas corcholatas del mandatario de las mañaneras, así como las y los aspirantes del Frente Amplio por México, indicativos de demencia o neurosis de poder en textos de encuestas, anuncios televisivos o de radio, cuyos mensajes propagandísticos son ejemplo inapelable de ello.
En opinión de algunos investigadores de ciencias jurídicas de la UNAM, el ejercicio del poder ha llegado a ser un juego nada ascéptico, que consiste en descalificar sin tener la absoluta razón, afirmar sin severidad y a postular sentencias políticas con cariz de universales. Claros ejemplos salen desde Palacio Nacional.
Es decir, al ser algo poco serio, se cree que es permitido todo y se vale de cualquier estrategia en esta guerra del poder. En la guerra sucia de las encuestas y de la información todo se puede esperar. Una vez enloquecidos, las y los aspirantes, actores por el poder, sólo resta esperar el juego sucio de su ejercicio.
Es decir, las y los actuales políticos no deben perder de vista que ante todo, la base del poder se encuentra en que alguien posee unos recursos que le faltan a otros. Este potencial hace que el individuo se aproveche para el servicio de sus propios intereses.
En este escenario, el Frente y su candidata Xóchitl Gálvez Ruiz, competirán, pues, se enfrentarán contra el inquilino de Palacio Nacional y contra los virreyes del partido guinda, contra el dinero oficial bajo la mesa, contra los aparatos de gobierno, contra el uso de los programas sociales y, en algunas zonas, contra la complicidad del crimen organizado y el gobierno.
Es decir, la candidata del bloque opositor no acude a una contienda democrática, sino a una elección de Estado, que está se ha visualizado desde hace tiempo; así como contra el sesgo de los grandes medios, que se las ingeniaron para volver noticia menor el triunfo de la candidata del Frente.
Ahora bien, si se comparan las campañas anticipadas de un lado y otro, los errores e ilegalidades de un lado y otro, las encuestas de un lado y otro, encontramos que la candidata Xóchitl va montada sólo en el Frente, mientras la candidata impulsada por el mandatario de las mañaneras, irá montada en la complicidad presidencial y de los virreyes del partido guinda, con todas las ventajas de una elección de Estado; aquí sí que no son iguales. Como siempre le digo, amigo lector, su opinión es la que cuenta.
Tintero de la quimera: Me estás oyendo inútil, al estilo Paquita la del Barrio…Que lo escuchen fuerte y claro tanto al interior como al exterior de la Cámara de Senadores, los ejes centrales de está presidencia en el Tercer y Último Año de Ejercicio de la LXV Legislatura se caracterizarán: “Por el respeto a la separación de poderes y a los mecanismos constitucionales de colaboración institucional. Mi propósito es facilitar un diálogo efectivo con la Cámara de Diputados, como con otros poderes y organismos autónomos de la Unión”…Con esta advertencia arrancaría Ana Lilia Rivera su mandato como presidenta del Senado; pues para la legisladora de Tlaxcala, su visión es que exista un organismo plural y diverso, unido en su compromiso de servir al pueblo de México, más allá de las diferencias internas y de las fricciones partidistas…En su primer mensaje a las y los senadores de todos grupos parlamentarios subrayaría que los objetivos centrales de su Presidencia serán: la promoción de la unidad y la cooperación política; garantizar que los procesos legislativos se desarrollen con estricto apego a derecho; y, principalmente, mantener al Senado como una institución líder en la transparencia y la rendición de cuentas; así como asegurar la eficiencia administrativa y velar por el óptimo desempeño de las atribuciones diplomáticas de esta Cámara Alta…Y en su primer contacto, como presidenta del Senado, con las y los representantes de los medios que cubren las actividades de la Cámara Alta, se comprometería a entablar un diálogo permanente con todas y todos, ya que en este último año de la Legislatura, será de mucho trabajo y se pondría a sus órdenes…Y como lo señalara ante el Pleno, dejaría en claro que el Senado está iniciando una renovada intención y fuerza de voluntad para sacar adelante todos los pendientes, incluyendo los nombramientos del INAI, para mantenerse como una institución líder en transparencia y rendición de cuentas…“La Junta de Coordinación Política está haciendo ya los acuerdos y tendiendo el camino para que en los próximos días podamos darle salida a este tema que ha sido tan polémico. Estamos seguros de que vamos a lograr en estos meses que están ya por presentarnos, no solamente este reto, sino muchos otros que quedaron pendientes, de poderlos sacar”, remarcaría… Para la senadora de Tlaxcala, la política es hablar, dialogar, encontrar los acuerdos; “y, si no se encuentran hoy, descansar y mañana volver a empezar; es hablar y hablar y poner por delante siempre los intereses supremos de la sociedad; y si este es un interés supremo de la sociedad, tenemos que encontrar el camino de poder cumplir con nuestra obligación”…A decir de la legisladora de Tlaxcala, su presidencia estará al servicio de todas y todos los senadores, sin distinciones, que la responsabilidad, el profesionalismo y la imparcialidad serán los ejes de su actuación, para que el respeto a la pluralidad y al contraste de ideas sean valores fundamentales entre las y los legisladores…Hasta la próxima entrega