Política Electora
Daniel Osvaldo Sánchez
En las democracias modernas, el sufragio libre, se ha convertido en una de las expresiones políticas más acabadas de participación ciudadana; expresión que ha atravesado diversos obstáculos jurídicos y políticos, lo que ha permitido empoderar, procedimentalmente, a los electores.
Pero, a decir de diversos politólogos, como todo buen elemento de expresión, el voto requiere de un conjunto de informaciones sobre las opciones políticas que podrá elegir; además, la discusión como medio de expresión ciudadana sólo podrá motivarse con el trabajo integral de partidos políticos y medios de comunicación.
Ahora bien, los partidos políticos en México (oficialista y de oposición), principales promotores de la cultura política, actualmente utilizan una compleja y confusa estrategia de comunicación electoral que les imposibilita difundir adecuadamente sus plataformas para lograr convencer a las y los ciudadanos sobre sus propuestas de nación para 2024.
Y aunado a ello, en un sistema populista y autoritario, como el que se está viviendo en el país emanado del llamado gobierno de la cuarta transformación, la uniformidad dictada, desde Palacio Nacional, sobre los contenidos de la comunicación electoral, están lejos de apegarse a la objetividad, a la información pública o a la discusión racional.
Se olvidaron que la participación de la ciudadanía es fundamental en la consolidación de la democracia; y si los partidos políticos (oficialista y de oposición) no influyen positivamente en la agenda mediática de un proceso electoral, difícilmente las y los ciudadanos percibirán un adecuado uso de la libertad de expresión y se verán desmotivados para discutir sobre la racionalidad de su voto.
Es decir, son los partidos políticos, no el inquilino de Palacio Nacional, los responsables de incentivar la discusión racional en su modelo de comunicación y, con ello, de motivar en el ciudadano un interés por la participación y legitimación democrática.
La confrontación de ideas, sin duda, es una estrategia fundamental para la racionalización de las expresiones públicas. Una democracia liberal presupone la existencia de una pluralidad de voces críticas que debatan sobre el mejor interés para la ciudadanía.
Promover la discusión racional de las ideas, expresadas primordialmente en los tiempos oficiales electorales, es una estrategia que puede desembocar en un debate deliberativo, el cual confronta ideas a través de la evaluación propagandística que se hace de las plataformas electorales de los partidos políticos.
Hay que recordar que una sociedad democrática requiere de la crítica y el disenso para elegir la mejor opción. Ello, obliga a que los mensajes propagandísticos se constituyan como fuentes de educación cívica, que oriente a los ciudadanos para la toma de decisiones correctas, razonadas, bien fundamentadas y, sobre todo, lejos de intereses privados o de factores reales de poder, como se viene dictando autoritariamente desde Palacio Nacional.
Desconfianza en partidos políticos y la democracia
Aquí valdría la pena que las y los dirigentes morenistas y opositores revisaran el estudio de Latinobarómetro, que revela que el 58 por ciento de las personas en México piensa que la democracia puede funcionar sin los partidos políticos.
Según, los primeros resultados de la encuesta 2023, de las giras por el territorio nacional de las llamadas “corcholatas” de Morena y la recolección de firmas de los aspirantes del Frente Amplio por México, indican la desaprobación hacia los partidos políticos en México y América Latina.
De 17 naciones encuestadas, 77 por ciento de la población latinoamericana está en desacuerdo con que los partidos políticos funcionan bien en su país, y solo 21 por ciento aprobó su función. En el caso particular de México, se registró 62 por ciento de desaprobación.
El estudio de Latinobarómetro, también resalta que, en promedio, la democracia puede funcionar sin los partidos políticos. México ocupa el cuarto lugar, al promediar 58 por ciento, superado por Panamá y Colombia, que registraron 64 y 60 por ciento, respectivamente.
El apoyo a los partidos políticos se ha visto desfavorecido en América Latina en la última década. La encuesta destaca que 58 por ciento de la población estaba de acuerdo en que la democracia en sus países no puede existir sin el sistema de partidos, percepción que bajó 14 por ciento en 10 años.
México se mantuvo debajo del promedio general de América Latina, ya que en 2013, 48 por ciento de los mexicanos aprobaron la idea de que sin partidos políticos no podía existir democracia, para 2023 registró 36 por ciento.
Cabe señalar que las cifras de aprobación hacia los partidos políticos de la encuesta de Latinobarómetro en México son similares a las presentadas por el INEGI en 2021. La Encuesta Nacional de Calidad e Impacto Gubernamental señala que 27.9 por ciento de los mexicanos confía en los partidos políticos, siendo la institución social que más desconfianza genera el país.
En la presentación del informe, la directora de Latinobarómetro, Martha Lagos, subrayaría que la desaprobación hacia los gobiernos y partidos políticos en la región se debe a que las autoridades “no han podido cambiar las condiciones de la población en la última década”, situación que está provoca una fragmentación en las naciones latinas. Como siempre le digo, amigo lector, su opinión es la que cuenta.En el tintero… La mano autoritaria y populista de la llamada cuarta transformación cerró con llave la puerta de acceso al salón en el que se llevó a cabo una reunión entre consejeros del Instituto Nacional Electoral, ahora de corazoncito guinda y gobernadores, en su mayoría morenistas, integrantes a la Conferencia Nacional de Gobernadores…En un hecho gamas vivido por las y los representantes de los medios que dan cobertura a las actividades de ese órgano autónomo, la puerta fue bloqueada para impedir su acceso por una instrucción del presidente de la Conago, el gobernador de Oaxaca, Salomón Jara, que su equipo negó, pues supuestamente ellos no tuvieron el manejo de la prensa en el evento…Y Si bien existían dudas sobre la manera en la que el árbitro electoral está cuidando la democracia, con el condenable cierre de puertas a los medios de comunicación, no quedó la menor duda, que la libertad de expresión no es un tema que le tenga con mucha preocupación a las y los funcionarios del INE simpatizantes con el partido guinda, que encabeza la consejera Guadalupe Taddei…Quien por cierto, bajó la cabeza y guardó silencio ante los reproches y regaños que hicieron las y los mandatarios morenistas… En protesta por la actitud cínica y déspota de las y los virreyes del partido guinda, el consejero Martín Faz y sus colegas Claudia Zavala y Dania Ravel, en cuanto terminó la reunión se levantaron y se fueron, para no participar en la foto del recuerdo morenista…Hasta la próxima entrega.