Ante la Comisión de Comunicaciones y Transportes, que preside la senadora Lucía Meza Guzmán, el director general del Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur), Milardy Douglas Rogelio Jiménez Pons, informó que se han interpuesto 25 amparos en contra de la construcción del Tren Maya.
En su comparecencia en el Senado, como parte del análisis del Tercer Informe de Gobierno, titular de Fonatur reveló que estos amparos fueron interpuestos por 327 personas, “49 de ellas, entre personas físicas y morales, se repiten en todos”; además, se han identificado a seis organizaciones sociales detrás de ellos.
Jiménez Pons confió en que estos recursos jurídicos no detengan la obra, “evidentemente la parte contraria intenta parar el proyecto, pero todo esto es válido en la democracia”.
Por su parte, la senadora Lucía Meza Guzmán dijo que Fonatur es una institución clave para el desarrollo de la inversión turística sustentable en México, ya que contribuye a mejorar la igualdad social, la consolidación y modernización de destinos turísticos y la competitividad del sector en beneficio de la población.
El Senado de la República, expresó, lleva a cabo un diálogo constructivo, en el marco de un ejercicio republicano y de intercambio de ideas.
El funcionario también destacó que las proyecciones económicas para la construcción del Tren Maya cambiaron por el aumento de los tramos de doble vía, su electrificación y el incremento en el número de estaciones, pasando de un costo inicial de 140 mil millones de pesos, a casi 200 mil. Cifras que, aclaró, representan “un estimado que estamos ajustando”.
En su intervención inicial, Jiménez Pons aseguró que el Tren Maya tendrá un impacto positivo en la población, en el gasto turístico, el empleo, el combate a la pobreza y la diversificación productiva.
Refirió que de acuerdo con un estudio de ONU-Habitat, la obra detonará la creación de 750 mil nuevos empleos formales en municipios con estaciones, así como 150 mil empleos rurales. En 10 años, precisó, se crearán más de un millón de puestos de trabajo como parte de la construcción del Tren.
El director general del Fondo Nacional de Fomento al Turismo agregó que para 2030 se estima que ayude a que 200 mil personas superen la línea de bienestar mínima, así como para que disminuya 27 por ciento el tamaño de la población con carencias económicas en la zona de impacto del proyecto.
Aseguró que el Tren Maya es parte de una Estrategia Nacional que busca rescatar el sureste de México, y servirá como detonante de desarrollo, para “saldar una deuda histórica” con esta región, ya que reducirá la desigualdad entre las comunidades y las integrará a las dinámicas económicas nacionales e internacionales, expresó.
La obra representa una oportunidad de articulación del territorio, que ofrecerá servicios de pasajeros locales, turistas, carga y que recorrerá una distancia de mil 554 kilómetros, con 21 estaciones y 17 paraderos, que contará con “trenes de primer mundo”, asentó.
Recordó que el eje social partió con la Consulta Indígena, para la cual se realizaron 75 asambleas regionales, con el acompañamiento de la Oficina de las Naciones Unidas de Servicios Para Proyectos (UNOPS), de ONU-Habitat, y de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).
A partir de la consulta, recordó, se creó un enlace y una relación fuerte con todas las comunidades; además, subrayó, es la más grande de la historia de México para un proyecto de infraestructura y “cambió el paradigma de inclusión, pues se trata de un diálogo permanente”.
Indicó que la obra también está encaminada a crear comunidades sustentables, a través de un modelo de ordenamiento territorial que genere mejores condiciones de desarrollo en beneficio de la población, logrando un equilibro económico, social y ambiental.
En Cancún o Playa del Carmen, advirtió, se careció de una visión social y se dejó de lado la planeación de las zonas populares, por lo que hoy día, la mancha urbana de esas partes del país, presentan condiciones negativas de salubridad, inseguridad y miseria.
El proyecto, resaltó, también está enfocado a aumentar las áreas de reservas ecológicas, las cuales están siendo asediadas por tala clandestina, cazadores furtivos y mafias que desde Guatemala penetran para llevarse el “ciricote, que es una madera muy preciada”.
Por Morena, el senador César Eli Eduardo Cervantes dijo que con el proyecto del Tren Maya se voltea a ver a los más vulnerables, pues ningún gobierno había dirigido su atención a los indígenas. Además, agregó, generará economía popular, empleos, bienestar y se comunicará a diversas comunidades.
De Acción Nacional, la senadora Xóchitl Gálvez Ruiz lamentó que las comunidades indígenas no hayan sido consultadas adecuadamente. Destacó lo referido por diferentes representantes de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos respecto al incumplimiento de los estándares internacionales y violación de derechos humanos de los habitantes por donde cruzará el Tren.
El senador Noé Castañón, de Movimiento Ciudadano, preguntó sobre proyectos tiene Fonatur para Chiapas, porque es necesario el desarrollo de la inversión turística y de infraestructura en la entidad, para garantizar en todo momento la protección al medio ambiente.
Del PRD, el senador Miguel Ángel Mancera Espinosa refirió que necesitan saber de qué montos serán los subsidios al Tren Maya, así como conocer si tienen alguna estimación financiera en el tema de las tarifas sobre cuánto costaría un trayecto a los turistas.
Jiménez Pons aseguró que está garantizada la conservación de monumentos, para lo cual hay dos mil trabajadores coordinados por el Instituto Nacional de Antropología e Historia y “tenemos un impulso de entre 50 y 100 años de avance arqueológico”, por el nivel de inversión realizado para el rescate de esta zona.