Por: Arturo Paz, reportero de Nuevo México Plural/H. Cámara de Diputados
Desde la tribuna del salón de sesiones, en el Día Internacional de la Mujer Indígena (5 de septiembre), Piedad Padilla Padilla, hablante de lengua zapoteca, pidió a sus hermanas indígenas a seguir luchando contra estereotipos y prejuicios que se forman por la manera de expresar su lengua y llamó a fomentarlas, ya que son una riqueza cultural del país.
En su participación, como parte del impulso que la Cámara de Diputados otorga al uso y conservación de las lenguas indígenas nacionales, mencionó que diariamente enfrentan obstáculos que la mayoría de la gente no podría imaginar. “No sólo hemos superado estos desafíos, sino también con el orgullo de ser poseedoras de nuestra lengua y origen, nos hemos convertido en un faro de esperanza y fortaleza para las familias y las comunidades del país”.
Las lenguas indígenas y las mujeres indígenas, añadió, no sólo pueden sobrevivir en un mundo cambiante y a veces hostil, sino también pueden prosperar y desarrollarse. Las mujeres indígenas son fuente de inspiración a seguir sus sueños y a luchar por un futuro mejor para ellas y sus comunidades.
En este Día de la Mujer Indígena, destacó, se conmemora a las valientes mujeres indígenas que luchan incansablemente por un futuro mejor. Su resistencia, determinación y amor por su cultura, son un recordatorio de la fortaleza y la diversidad que enriquecen nuestra nación.
“Juntas y juntos podemos trabajar hacia un México más inclusivo y justo, donde todas las mujeres, sin importar su origen, tengan igualdad de oportunidades y puedan prosperar en una sociedad que valora y respeta su contribución invaluable”, afirmó.
Padilla Padilla agradeció a las diputadas y a los diputados la oportunidad de hablar en el Congreso para conmemorar su lengua y el Día de la Mujer Indígena, para rendir un gran homenaje a todas las mujeres mexicanas indígenas que han tenido que enfrentar discriminación y racismo.
Relató que migró de su tierra a la ciudad en busca de mejores oportunidades, ya que “en mi familia somos siete hermanos y hermanas; por ello, no sólo he tenido que enfrentar los desafíos que conlleva la migración, sino también me he convertido en el sostén de mi familia”.
Mi historia, dijo, es una de tantas de miles de mujeres indígenas en México que son ejemplo de valentía, perseverancia y lucha constante que enfrentamos a diario.
Las mujeres indígenas de México, abundó, representan una parte esencial de su rica herencia cultural, y su papel en la sociedad es inestimable. “Somos guardianas de tradiciones ancestrales, portadoras y guardianas de la lengua indígena y de un profundo conocimiento sobre la tierra y la comunidad”.
Sin embargo, añadió, a pesar de su contribución invaluable, a menudo se presentan situaciones de vulnerabilidad, debido a la discriminación, a la pobreza y el racismo arraigados en nuestra sociedad. “Ésta es mi historia, la de una mujer oaxaqueña que ahora reside en la ciudad, siendo un testimonio de la resistencia de las mujeres indígenas”, concluyó.
La presidenta de la Mesa Directiva, diputada Marcela Guerra Castillo (PRI), expresó que Piedad Padilla es originaria de Santiago Apóstol, Ocotlán, Oaxaca, y ha contribuido en su comunidad a preservar la lengua materna al trabajar en el periodo vacacional con niños y jóvenes.