*** A su edad de 82 años, canta boleros rancheros para ganarse la vida en la Guerrero y Ex Hipodromo de Peralvillo, Alcaldía Cuauhtémoc
Ignacio Arellano Mora
Desde muy pequeño le gustó cantar. Antonio Vázquez cantaban en el campo. A la edad de 13 años se aventuró a trabajar a la Ciudad de México como aprendiz de zapatero.
En su haber, de 82 años de edad, cuenta con diez discos grabados de boleros rancheros.
Desde hace 15 años, ahora, Antonio Vázquez se gana la vida cantando sólo con pistas musicales de boleros rancheros en los restaurantes y mercados de la colonia Guerrero y Ex Hipódromo de Peralvillo, Alcaldía Cuauhtémoc, después de que sus manos ya no pudieron realizar zapatos.
En la colonia Morelos formó su familia. En los últimos años, desde muy temprano sale de su casa con mucho ánimo, con su bicicleta y una pequeña bocina en su mochilita negra para deleitar a los comensales.
El fin de semana, después de la jornada musical, Antonio Vázquez recorrió como siempre el camino para regresar a su casa, aproximadamente, a las 13:00 horas, al bajar el paso de desnivel de la Plaza de las Tres Culturas, Tlatelolco, del Eje Central, por la altura del Teatro “Isabel Corona”, se frenó un automóvil, que iba adelante, y por más que quiso Antonio esquivarlo, se cayó de la bicicleta, golpeándose la cabeza y un raspón en el codo del brazo izquierdo, permaneció tirado por unos minutos en el carril del Trolebús.
Los franaleros del Teatro observaron el accidente. Inmediatamente, le hablaron a Goyito, el vigilante de la caseta del estacionamiento del edificio “Aguascalientes”, para auxiliar a Don Antonio, en ese momento, un joven ciclista y una jovencita ayudaron a Antonio a sentarse en la banqueta, mientras llegaba la ambulancia.
El vigilante Goyito recurre al Botón de Auxilio, de la Secretaría de Seguridad Ciudadana, para solicitar una ambulancia y la patrulla. En menos de 5 minutos llegaron al lugar de los hechos para asistir al cantante de boleros rancheros.
Afortunadamente, sólo fue una pequeña herida en la cabeza, señalaron los paramédicos de la ambulancia, quienes sólo lo vendaron.
¿Qué pasó? se preguntaba preocupado Antonio Vázquez, “es la primera vez que me caigo, en quince años que recorro el mismo camino”.