Por: Arturo Paz, reportero de Nuevo México Plural/Cámara de Diputados
En sesión semipresencial de la Cámara de Diputados, Lorena Gutiérrez Pérez, hablante de lengua tsotsil, expresó que preservar y defender esta lengua significa cuidar la riqueza de la herencia y mantener viva la llama de la identidad en un mundo que a veces parece empeñado en apagarla.
“Que cada palabra sea un voto de amor por la lengua tsotsil y un compromiso con las generaciones venideras. Que cada sílaba sea un recordatorio de que, en el tejido de la diversidad, cada hilo cuenta y cada historia es una estrella que ilumina el camino hacia un futuro arraigado en la memoria y la resonancia de la lengua tsotsil”, añadió.
La originaria de la comunidad de xunuch (shunuch), municipio de Chenalhó, Chiapas, indicó que “la lengua tsotsil es el hilo que teje la tela de Chenalhó, la melodía que acompaña a cada paso en estas tierras y defender el tsotsil es, defender el alma de Chenalhó”.
Al participar como parte del impulso que la Cámara de Diputados otorga al uso y conservación de las lenguas indígenas nacionales, señaló que hoy, más que nunca, en un mundo que tiende a desdibujar las líneas entre las culturas, la defensa de la lengua tsotsil es un acto de resistencia, una declaración apasionada de que la diversidad lingüística es un tesoro que merece ser cuidado.
“Imaginen que cada palabra es una gota de lluvia que nutre el suelo de la identidad, permitiendo que las semillas de la lengua tsotsil florezcan con orgullo y resiliencia”, precisó.
Gutiérrez Pérez dijo venir desde el corazón de Chiapas, donde la tierra se viste de misterios ancestrales y las montañas sostienen los susurros de los antiguos, donde emerge la lengua tsotsil, un tesoro lingüístico que ha tejido sus raíces en la historia misma de la tierra que toca.
“El tsotsil lleva consigo la sabiduría de aquellos que han sido los guardianes silenciosos de tradiciones que laten como corazones antiguos en el pecho de Chenalhó. En este santuario de sonidos, se alza la importancia de preservar y defender la lengua tsotsil, esa melodía que conecta a la comunidad xunuch con sus raíces y que les permite contar historias que son como estrellas en la noche infinita de la cultura”, agregó.
Argumentó que cada hablante es un jardinero de este paisaje lingüístico, “con la responsabilidad sagrada de cultivar y respetar las raíces de su identidad. Cada palabra es una semilla que, al ser pronunciada, da vida a un mundo que se resistiría a ser olvidado”.
Cuando se habla de preservar esta lengua, se necesita cuidar este jardín de palabras y asegurarnos de que las futuras generaciones puedan sumergirse en la belleza de estas flores lingüísticas, encontrar sombra bajo sus significados y sentir la frescura de la historia que florece en cada rincón”, enfatizó.
“En Chenalhó, donde las montañas sostienen el cielo y los ríos cantan canciones olvidadas, la lengua tsotsil es más que palabras; es un puente entre lo que fue y lo que será. Es un cuento que se cuenta a sí mismo en el murmullo de los arroyos y en el susurro de las hojas. En cada tono, en cada inflexión, está grabada la memoria y la historia viva que se niega a ser silenciada por el paso del tiempo”, abundó.