Por Guillermo Pimentel Balderas
Mientras que el presidente López Obrador se divierte con sus “corcholatas”, el país se tiñe de sangre cada vez más. No hay día que no exista una noticia relacionada con crímenes y muerte. Hay una crisis evidente de inseguridad que no se quiere reconocer. La ineptitud es hija de la corrupción, señalan especialistas en el tema. Los enemigos de la nación son los criminales, no los ciudadanos.
Aclaran organizaciones civiles y de derechos humanos que no hay duda: a México lo envuelve un manto de violencia e ineptitud. Es evidente, agregan, existe una crisis de inseguridad que al gobierno de la 4T le corresponde solucionar; y atacar con seriedad estos flagelos con un cambio de timón (tarde, pero hacerlo).
Hay que combatir a la delincuencia, al crimen organizado, a los cárteles de la droga y de otras actividades ilícitas, aseguran los que saben de estos temas. Lamentan que se ha vivido la corrupción e ineptitud de algunos funcionarios públicos a lo largo de la historia de nuestro país, lo mismo que el uso del poder público para obtener beneficios personales.
O sea, es un enorme lastre con el que tenemos que cargar todos diariamente y que deriva en una importante pérdida de prosperidad y en que la economía mexicana experimente un crecimiento notoriamente mediocre.
Gobiernos panistas y priistas se fueron y llega la 4T morenista, y el panorama de violencia poco o nada ha cambiado e, inclusive, hasta ha aumentado. Al presidente le corresponde solucionarla, no se le puede pedir ni más ni menos que a los otros gobiernos de la república; además de que, López Obrador se propuso (en campaña y ya como Jefe del Ejecutivo) en pacificar al país, pero hasta el momento, no hay resultados claros y sostenibles.
Lamentan que, algo está haciendo muy mal este gobierno, es no aplicar el poder del Estado para lograr una mayor pacificación del país, pues no se trata de hacer una guerra si no simplemente lo que le marca la Ley al presidente de México; es decir, hacer valer la Constitución Política.
Sin embargo, al parecer, a un año de dejar el poder, deploran, López Obrador no reflexiona y sigue pensando que los enemigos de México son los ciudadanos. Y, lo peor, es que, en caso de que su sucesora gane las elecciones, siga con la misma política de “abrazos y no balazos” lo que perpetuaría al crimen organizado en la vida nacional. ¡Es tiempo de que se aplique la Ley!, reclaman.
Otras fichas
Clara Brigada, se insiste que es salvadoreña, quiere ser Jefa de Gobierno de la Ciudad de México; pero, por obra y gracias de Claudia Shembaum con la bendición de López Obrador.
La próxima ex alcaldesa en Iztapalapa, piensa que puede lograr la hazaña, como lo hizo con esta demarcación; o sea, con triquiñuelas en contra de Rafael Acosta Ángeles “Juanito”. Al fin que para esto se las saben muy bien los morenistas; inclusive, contra adversarios del mismo partido.
Brugada pedirá permiso al Congreso capitalino para iniciar su campaña (interna) para competir contra el perdedor Ricardo Monreal, el policía Omar García Harfuch, la de los dineros Ariadna Montiel, entre otros.
Pero… los panistas ya le preparan tender sus trapitos al sol, pues aseguran que representa un peligro para la sociedad en el tema de seguridad (con un alarmante porcentaje de feminicidios en la demarcación que desgobernó), reprobada en política pública, salud y bienestar económica. Que no se dedico a gobernar sino a “corcholatearse”. ¿Logrará su objetivo?
Dice mi abuelita: ¡Aguas con la suplantación de la cuenta de Wappsap con un perfil falso con la única intención de extorsionar, de defraudar! ¡Delincuentes cibernéticos al acecho!
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