Por Guillermo Pimentel Balderas
Las artimañas del “cuatrero” gobernador de Veracruz no tienen límite.
Doloroso, lastimoso y hasta infame, es lo que el gober precioso Cuitláhuac García quiere hacer con el Acuario del Puerto de Veracruz.
Muy deplorable porque se trata de una ofensa no solo a los habitantes del estado “Libre y Soberano” de Veracruz, sino es para todos los mexicanos que, en alguna ocasión, durante su visita al puerto jarocho, acudieron a este hermoso Acuario en compañía de la familia.
Triste, porque este santuario acuático en manos del gobierno corrupto de Cuitláhuac García, sería dentro de poco tiempo, hasta imposible su acceso para la gente de escasos recursos.
Y vil, porque los gobiernos de la “Cuatrote” se han dedicado a adueñarse, a cualquier precio y violentando la Ley, de las empresas que, además de ofrecer diversión y entretenimiento –en este caso-, son muy bien administradas.
Las artimañas del “cuatrero gobernador” no tienen límite.
Por medio de una petición en Change.org., se pide la solidaridad del pueblo de México y firmar para que no pase a manos del nefasto gobierno de Cuitláhuac García la administración de este famoso lugar.
El Acuario de Veracruz se inauguró el 13 de noviembre de 1992 durante la administración de Dante Delgado y, hasta la fecha, ha funcionado sin corrupción al grado de convertirse en modelo de buena administración.
Es, prácticamente, una visita obligada del turismo nacional e internacional cuando se viaja al Puerto veracruzano, ya que es el Acuario más importante de México y uno de los más bellos del mundo.
Este recinto marino ha sido administrado por un Patronato conformado por miembros del sector privado y solo el gobierno estatal es parte pero de esta sociedad de manera honorífica. Es decir, el gobierno federal y estatal no intervenía.
Ahora, al enterarse Cuitláhuac de los ingresos que genera el Acuario, sin llegar un centavo a los bolsillos de funcionarios; entonces, inventaron –abusos- irregularidades en su funcionar. Prácticamente, los ingresos se dedicaban para su mantenimiento y autofinanciamiento a fin de no depender del gobierno, de nadie.
Sin embargo, la “genialidad” del gober precioso de Veracruz se hizo patente una vez más e inventó una infracción sanitaria y con lujo de prepotencia, se dio el atraco. Sí, envió a sus sabuesos, al mando de Sergio Rodríguez -titular de la Procuraduría del Medio Ambiente-, a clausurar el local.
Hasta el momento, salvo intervenga una honesta y seria autoridad, el control del Acuario está en manos de Cuitláhuac, quien tal parece –como siempre dice, con el apoyo del señor presidente-, ya se frota las manos para disponer d los millones de pesos que genera este centro acuático turístico que recibe la visita al año de más de 800 mil personas.
Ya algunos políticos locales de oposición se han manifestado contra esta nefasta acción Cuatrera y, más cuando no puede ser confiable si viene de un gobierno que no tiene idea de lo que es administración, inversión, derrama económica y generación de empleos.
Se oyen voces inconformes en Veracruz que preguntan: ¿Qué destino tendrá el Acuario? ¿Perderá su atracción turística para convertirse en asunto político? Sin embargo, hay un respiro de esperanza para que no caiga en un abismo y se destruya en poco tiempo la historia de un santuario acuático que ha sobrevivido 30 años.
Dicen los veracruzanos que la 4T no sabrá construir, pero “ah qué fregones son para destruir lo poco bueno que está quedando en el país”. ¡Cierto!
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