Casi ocho meses han pasado desde aquel 23 de marzo en el que, como medida preventiva para evitar contagios por COVID-19, autoridades de la Secretaría de Cultura y del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) resolvieron cerrar las puertas del Museo Nacional de Antropología (MNA), espacio emblemático de la cultura mexicana que hoy, 11 de noviembre, reabre al público bajo los más estrictos protocolos sanitarios y con un renovado ímpetu en su vocación como espacio museal.
Así se destacó la noche de ayer en un evento simbólico de reapertura, encabezado por la secretaria de Cultura del Gobierno de México, Alejandra Frausto Guerrero, quien señaló que esta reanudación de actividades posicionará al MNA como un ejemplo nacional e internacional en lo concerniente a la reactivación de espacios culturales.
En este sentido, la funcionaria encomió el esfuerzo de todos los trabajadores del museo: directivos, investigadores, custodios, museógrafos, arquitectos y personal de mantenimiento, quienes se han capacitado para vigilar que las medidas sanitarias y de sana distancia se obedezcan a cabalidad.
“Abrimos cuidándonos y esperamos no volver a cerrar nunca este museo, que es un símbolo en el corazón de todos los mexicanos, así como un ícono dentro del Bosque de Chapultepec”, declaró.
En la ceremonia de reapertura simbólica del recinto, también estuvieron el embajador de Francia en México, Jean-Pierre Asvazadourian; el director general del INAH, Diego Prieto Hernández; el director del MNA, Antonio Saborit García Peña, y la presidenta del Patronato del MNA, Stacey Clover Symonds.
El evento fue el marco para presentar las obras de remodelación efectuadas en el estanque del Patio Central del MNA, el cual, por primera vez en 56 años, fue sometido a un mantenimiento mayor, aprovechando el periodo de confinamiento por la presencia de COVID-19.
Al respecto, el director general del INAH, Diego Prieto Hernández, subrayó que estas obras se suman a las acciones de impermeabilización de la cubierta del inmueble, de limpieza y mantenimiento museográfico de las salas de exhibición, de modernización del sistema contra incendios y de actualización del centro de detección de intrusiones.
“Reabrimos con un museo más consolidado y en mejores condiciones que aquel que cerró en marzo. También reabrimos con un alto sentido de responsabilidad, en un horario reducido, de martes a sábado de 10:00 a 17:00 horas”.
El antropólogo señaló que, como medida preventiva y para evitar aglomeraciones, el MNA estará cerrado los domingos hasta nuevo aviso. Asimismo, recordó que el uso de cubrebocas será obligatorio durante todo el recorrido por el recinto, así como mantener la sana distancia y seguir, en todo momento, las indicaciones del personal del museo.
En su intervención, la presidenta del Patronato del MNA, Stacey Clover Symonds, agradeció el apoyo de empresas privadas como Total México, Kärcher México, Banco Azteca y Cementos Cruz Azul, entre otras, que se sumaron a la renovación del emblemático ‘Paraguas’ y del estanque del Patio Central, que antaño diseñara el arquitecto Pedro Ramírez Vázquez.
Guiados por el titular del MNA, Antonio Saborit García Peña, los funcionarios efectuaron un recorrido por el renovado estanque, en el cual además se instaló un ajolotario con 158 ejemplares de este emblemático anfibio, endémico de la Cuenca de México.
Al ahondar sobre los trabajos en el estanque, el jefe del Departamento de Servicios Generales del MNA, Jesús Martínez Quezada, señaló que tras años de planeación en gabinete, la pausa marcada por la contingencia permitió desecar todo el espacio para resanar las fisuras que se habían creado con el paso de medio siglo, y en un sólo día tender una loza monolítica reforzada con acero que garantizará la continuidad de este importante espacio.
Con apoyo del Patronato del MNA, añadió, se colocó el mosaico veneciano que desde su origen, en 1964, tuvo el estanque del museo, y se renovó el sistema de filtrado de agua para promover que la limpieza del mismo sea más constante y ahorrativa en lo que compete a recursos hídricos.
El arquitecto detalló que el estanque, cuyo mantenimiento se hará con la colaboración de biólogos y expertos de la Universidad Nacional Autónoma de México, recrea el ecosistema del México antiguo, con especies vegetales como la ‘cola de caballo’, el tule y el pasto acuático; y de fauna como los 158 ajolotes y más de seis mil charales y acociles. La idea, finalizó, fue crear y cerrar una cadena biótica completa dentro de este depósito.