Por Octavio Campos Ortiz
La administración de Biden reconoce que los programas clientelares de la 4T como “sembrando vida” o “jóvenes construyendo el futuro” no solucionan el problema de la pobreza en América Central y por ello desecharon la propuesta mexicana para frenar el flujo migratorio en la región mediante las acciones asistenciales que aplica aquí nuestro gobierno y que pretende exportar a esos países con financiamiento público.
El gobierno de los Estados Unidos medió para que doce corporaciones gringas inviertan en Guatemala, Honduras y El Salvador como parte de la política migratoria de la Casa Blanca para inhibir el aumento de ilegales que buscan el sueño americano.
Trasnacionales como Microsoft expandirá el acceso de internet a tres millones de personas en la zona y establecerá centros comunitarios para acrecentar las habilidades digitales de mujeres y jóvenes, Mastercard buscará incorporar al sistema financiero a cinco millones de personas en la región que actualmente carecen de servicios bancarios y dar acceso a la banca electrónica a un millón de micro y pequeñas empresas. Nespresso, filial de Nestlé, comprará café a El Salvador y Honduras con una inversión regional inicial de 150 millones de dólares. El fabricante de yogurt Chobani llevará su programa de incubadoras para emprendedores locales en Guatemala.
La información fue dada a conocer por el rotativo The Wall Street Journal, donde se resalta que tanto las administraciones demócratas como republicanas han luchado por encontrar soluciones de largo plazo para frenar el aumento de migrantes de América Central que huyen de sus países por la pobreza y violencia que hay en sus lugares de origen.
El gobierno americano invitará a otros inversionistas norteamericanos a participar en áreas como el acceso a la salud pública, la seguridad alimentaria, la inclusión financiera, las energías limpias, la educación y el desarrollo de la fuerza laboral.
Mientras tanto México insiste en financiar con recursos presupuestales sus proyectos clientelares en Centroamérica, más con un objetivo político que con la visión de erradicar la pobreza e impedir que la mano de obra local emigre en busca de mejores oportunidades de vida. Los americanos sí comprendieron que hay que resolver un problema económico de fondo. No es sembrando arbolitos ni manteniendo con dinero público a los improductivos ninis como se puede conseguir el desarrollo. Es una vergüenza gubernamental que los ciudadanos de México y Centroamérica no tengan en su tierra las posibilidades de educación, trabajo, crecimiento, vivienda y salud que los retengan es su lugar de nacimiento.
Mientras nosotros enfrentamos los efectos de una de las crisis económicas más graves en nuestra historia, somos candil de la calle y exportamos como historia de éxito los programas asistenciales que se utilizan con fines electoreros para mantener a millones de mexicanos como dependientes económicos del gobierno sin resolverles sus necesidades reales y fomentando su improductividad. A loa yerros del régimen se suma la miopía oficial de pensar que las remesas que envían los paisanos a sus familiares son un logro del gobierno, como su fuera inversión extranjera o ingresos por venta de productos y servicios. No, ese dinero ni siquiera toca las arcas de Hacienda. No lo pueden utilizar en el presupuesto ni destinar a algún programa. Es, además, una vergüenza que, ante la falta de oportunidades, millones de compatriotas vivan en el extranjero y tengan que enviar dinero para mantener a sus familias que todavía están en la miseria.
En plena pandemia a quien sí le cayó el veinte fue a la iniciativa privada, quien, a pesar de los amagos y amenazas del gobierno, saca adelante al país. Un ejemplo es la compañía Ford que mantiene a doscientas escuelas técnicas a las que dota de quipo en sus talleres y proporciona laptops a los estudiantes para las clases a distancia. Da seguimiento a los alumnos hasta la conclusión del bachillerato y los canaliza a las universidades con carreras afines a la industria automotriz. Sus buscadores de talento ubican a quienes pueden ser contratados para trabajar en sus plantas y corporativo.
Eso es realmente solucionar el problema de la pobreza y buscar el desarrollo nacional. Para desgracia de nuestro gobierno y su reciente compra en Texas, Ford invertirá mil millones de dólares para desarrollar la producción de los automotores eléctricos en México, con lo que pasan al museo los vehículos de gasolina.