El presidente nacional de Coparmex, Gustavo de Hoyos Walther, afirmó que el paquete económico dado a conocer por el Secretario de Hacienda, Arturo Herrera, “no se orientó de forma decidida a la implementación de medidas que promuevan la recuperación de la economía, ni la fomenten la inversión y la creación de empleos”
Afirmó que el optimismo de los supuestos macroeconómicos que propone la SHCP, “pone en riesgo la factibilidad del presupuesto de egresos”.
Por si esto fuera poco, los empresarios “estamos preocupados porque vemos los cambios agresivos en el Código Fiscal de la Federación, cuya reclasificación de operaciones del artículo 5-A, propone modificarlas para que tengan alcance en materia penal.
Dijo que con ello, la escisión de sociedades se considerará enajenación si da lugar a la creación de conceptos o partidas que no existían antes de la misma.
Además, se pretende usar cámaras fotográficas, de video, y el teléfono celulares en las atribuciones de la autoridad fiscal para recabar información de los contribuyentes.
Sentenció que “enfrentamos la mayor crisis económica en un siglo. Toda la sociedad en su conjunto, pero en especial los legisladores integrantes del Congreso de la Unión, deberán hacer frente a este enorme desafío, ya que está en sus manos convertir el Paquete Económico 2021 en un instrumento para la urgente recuperación o en uno que prolongue el deterioro”.
Dijo que todavía hay tiempo de rectificar y los legisladores federales tienen en sus manos la oportunidad histórica de sacar a flote la debilitada economía nacional y las agresiones fiscales.
Sostuvo que los empresarios afiliados a la Coparmex, “reconocemos que el Paquete Económico 2021 no incluye grandes cambios en materia de impuestos, ya que las empresas han hecho un esfuerzo inaudito, en solitario, para mantenerse a flote a pesar del cierre completo de la actividad económica por varios meses”.
Asimismo, celebramos el aumento del 9.3 por ciento real al gasto en salud y coincidimos en que la pandemia del Covid-19 debe ser un profundo aprendizaje para incrementar sostenidamente el gasto en este rubro.
Subrayó que sin embargo, en Coparmex “nos preocupa el optimismo de los supuestos macroeconómicos del Paquete Económico, ya que la Secretaría de Hacienda y Crédito Público estima una caída del (-)8% del PIB para 2020, cifra alejada del consenso del mercado de (-)10%.”
Expuso que inclusive, el BANXICO prevé una caída de hasta (-)12.8%. Aún más optimista es la estimación de crecimiento de la SHCP para 2021, del 4.6% del PIB, cifra muy arriba del 3.2% de la mayoría de las estimaciones.
Añadió que el Paquete Económico 2021 no destina recursos a la recuperación de la economía y del empleo aun cuando como país tenemos el reto de recuperar el más de un millón de empleos perdidos durante la pandemia. Sentenció que ante este panorama, prevemos que será muy difícil que México pueda alcanzar el nivel de crecimiento que se está proponiendo para 2021.
La crisis histórica que estamos viviendo y la incertidumbre que enfrentamos requería de recursos extraordinarios y de la contratación de deuda responsable.
Pero por el contrario, el poder ejecutivo federal pretende que el antídoto a una economía deprimida sea la austeridad.
Como resultado vemos una caída del (-)0.3% real en el gasto neto total con respecto a lo aprobado el año anterior. Esto implicó una reducción del (-)1% real en las aportaciones federales a estados y municipios, mismos que se han visto severamente afectados este año por la caída en los ingresos y han tenido que hacer frente a la crisis sanitaria económica sin recursos extraordinarios.
De Hoyos Wlather, aseguró que los empresarios consideran que un incremento del 5.2% en la inversión pública es positivo.
Sin embargo, nos preocupa que el enfoque siga siendo en el sector energético. Mientras que vemos una reducción en diversos rubros del gasto, a Petróleos Mexicanos se le asignaron 544 mil millones de pesos, lo que implicó un aumento real del 0.6%, ello a pesar de que PEMEX perdió 562.2 mil millones de pesos tan sólo durante el primer trimestre de este año.
Manifestó que el gobierno federal debió dar menos prioridad al gasto público en el sector energético, abriéndolo a la inversión privada, para así liberar recursos para la economía y la salud.
Dijo que el Proyecto de Presupuesto debería haber planteado una inversión pública diversificada en sectores como agua, transporte y salud, mismos que han sido olvidados en los últimos años, y que podrían convertirse en un vehículo para detonar la inversión de la IP.