- Funcionarios del gobierno de la “Cuarta Transformación” se confunden o no entienden a su presidente.
- Se habla de intereses, a favor y en contra.
- Se recula en Decreto y se deja a la deriva a agricultores.
Por Guillermo Pimentel Balderas
En el último día del año 2020, el Presidente López Obrador decretó, por medio del Diario Oficial de la Federación (DOF), la eliminación del glifosato y la prohibición del maíz transgénico; “procesos que deberán concretarse en enero de 2024 y, a partir del 1 de abril, abstenerse de otorgar autorizaciones y permisos para la importación, producción, uso y distribución del agroquímico”. Sin embargo, hace unos días, López Obrador echó para atrás su propio Decreto.
¿Qué significa esto? Para el presidente de la Federación de Colegios de Agrónomos de la República Mexicana A.C y doctor en Economía Agrícola y productor, Cruz Alberto Uc Hernández, “hay poca seriedad del ejecutivo nacional al abrir una discusión inútil sobre el uso del glifosato”.
En primer lugar, explica, porque no existen evidencias sólidas de sus efectos adversos en la salud humana; por ello, no está prohibido en Estados Unidos. Agrega: “la baja toxicidad en la misma clasificación del picloran y del Herbicida 2, 4 Damina y es menos toxico que el paracuat, herbicida clasificado con la banda amarilla, lo cual significa alta toxicidad”.
Especifica que ambos herbicidas se usan en todo el país; sin embargo, el tema del glifosato reviste una concepción ideológica retrograda, porque en todo caso se debería prohibir el paracuat que, si esta prohibido en muchos países por su alta toxicidad. “La decisión del gobierno de echarse para atrás en la aplicación del decreto que prohíbe su uso en México, no solo significa un retroceso con efectos adversos previsible en la producción y productividad agrícola, sino un despropósito en materia comercial al dejar en desventaja a los productores nacionales con tal restricción”.
En entrevista con este reportero, indica que también es cierto que su implementación tal y como se dice en el comunicado oficial conjunto (de la secretaria de Economía), hasta ahora no se tiene ninguna alternativa tecnológica viable para sustituir este herbicida que no está prohibido con nuestros socios comerciales. “Luego, entonces, la resolución de diferir la prohibición de su uso es un tema de la agenda pública, ya que en ningún momento se configuraron los supuestos para tratar de corregir los problemas tecnológicos a través de decretos sin sustento”.
Lo que si es necesario es la consolidación de los colegios de Agrónomos para que únicamente profesionistas certificados autoricen y vigilen la aplicación correcta de las dosis de este y todos los pesticidas usados en el campo, denotó el egresado de la Universidad Autónoma Chapingo.
Por otra parte, las Secretarías de Medio Ambiente y Recursos Naturales, de Salud, y de Agricultura, así como el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (hoy Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías) habían asegurado que a más tardar en el primer semestre de 2023, promoverían reformas de los ordenamientos jurídicos aplicables para evitar el uso de glifosato como sustancia activa de agroquímicos y de maíz genéticamente modificado en México.
Que, a partir de la entrada en vigor del Decreto, se abstengan de adquirir, utilizar, distribuir, promover e importar glifosato o agroquímicos que lo contengan como ingrediente activo, en el marco de programas públicos o de cualquier otra actividad del gobierno.
Para reemplazar el glifosato –se dijo-, las alternativas “culturalmente adecuadas” serán otros agroquímicos de baja toxicidad, productos biológicos u orgánicos, prácticas agroecológicas o “uso intensivo de mano de obra”. Que, durante el periodo de transición, Conacyt (hoy Conhacyt) emitiría recomendaciones anuales sobre las cantidades de glifosato que se permitirá importar al país.
Sin embargo, proyectos iniciales de este Decreto seguían permitiendo el glifosato, usado en la mayoría de los países desarrollados y que según el Consejo Nacional Agropecuario (CNA), sin este herbicida la producción agrícola del país podría caer hasta 45 %, pero… esto fue rechazado por los funcionarios que se opusieron al refrendo a la Misión de Innovación Agrícola para el Clima, impulsada por transnacionales como Bayer-Monsanto, Basf, Syngenta y PepsiCo.
En noviembre de 2021, por medio de un escrito extenso, se manifestaron campesinos, indígenas, académicos, investigadores y colectivos, quienes (un total de 371 firmas) demandaron al presidente el cese del titular Víctor Villalobos y de Sol Ortiz, Directora de Atención al Cambio Climático y de la Estrategia Nacional de Polinizadores de esa misma dependencia, al acusarlos de comprometer el apoyo de México a la AIMAC4, que, atenta contra los derechos de los pueblos indígenas y campesinos del país, y contraviene las políticas que el presidente ha impulsado como es el caso del Decreto en el que se plantea la prohibición gradual del uso del glifosato y la prohibición de maíz transgénico.
En enero de 2021, la organización ambientalista internacional Greenpeace celebró el inicio de la prohibición del maíz transgénico y del uso de glifosato como fertilizante en México. Y, en abril de 2021, según analizaría el Poder Judicial la eliminación de glifosato. Revisaría si es Constitucional el decreto presidencial.
En junio de 2022, la Campaña Nacional Sin Maíz No Hay País afirmó que este modelo agroindustrial pone en peligro la biodiversidad, no es sustentable para la naturaleza y tampoco para la salud animal y humana. Subrayó que los transgénicos se producen principalmente para la alimentación del ganado y agrocombustibles y no para el consumo humano directo.
Aparte, en un comunicado “conjunto”, Conhacyt y Procuraduría Agraria, el 28 de marzo de 2024, con el título: “Sí es posible producir alimentos sin glifosato en México, hay alternativas y evidencia científica”, se aseguró que concretaron el desarrollo de 3 formulaciones nuevas, % mexicanas con eficiencias del más del 90 % y que están en proceso de escalamiento a nivel industrial. Son Beloukha, Burn Out Fórmula 2 y Weed Zap que cuentan con aprobación tanto en la Unión Europea como en los Estados Unidos y que, los hallazgos de los proyectos presentados promueven la soberanía alimentaria.
Pero, en otro comunicado “conjunto”, de las secretarías de Economía, de Medio Ambiente y Recursos Naturales de Agricultura y Desarrollo Rural y la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) -del 26 de marzo de 2024-, se informó que “en virtud de que no se han concretado las condiciones para sustituir el uso del glifosato en la agricultura mexicana, debe prevalecer el interés de salvaguardar la seguridad agroalimentaria del país”.
“El Ejecutivo Federal por conducto de las dependencias que suscribimos determinó continuar en la búsqueda de alguna alternativa de herbicida de amplio espectro y de baja toxicidad que sustituya al glifosato y que permita mantener la productividad de quienes optan por este insumo”, afirma.