· El secretario de Agricultura y Desarrollo Rural, Víctor Villalobos Arámbula, recibió el título honorífico Doctorado Honoris Causa por parte de la Universidad Autónoma Chapingo.
· El conocimiento es un bien que crece más cuando se comparte y, por lo tanto, debe ser una herramienta para construir sociedades más justas, resaltó ante familiares, académicos, investigadores y funcionarios.
· “Los agrónomos tenemos la obligación de anunciar al mundo que si la agricultura tiene parte del problema, también es clave para la solución (ante los efectos del cambio climático)”, expresó en el Auditorio Álvaro Carrillo de la casa de estudios.
Los agrónomos tienen el reto de contribuir a la disminución de la desigualdad social en el sector, a través de la innovación, la ciencia y la tecnología, afirmó el secretario de Agricultura y Desarrollo Rural, Víctor Villalobos Arámbula, al recibir el título honorífico Doctorado Honoris Causa por parte de la Universidad Autónoma Chapingo (UACh).
En el Día del Ingeniero Agrónomo, que es celebrado cada 22 de febrero, Villalobos Arámbula sostuvo que estos profesionistas deben asegurarse de la eficiencia de esas herramientas para reducir las enormes brechas en productividad, ingresos y desarrollo regional.
Acompañado de familiares, académicos, investigadores y funcionarios, sostuvo que México es ya una potencia agroexportadora global debido al trabajo de los productores, pero, “no es suficiente porque la pobreza rural, además de lastimar a millones de personas, es un obstáculo para detonar todo el potencial de nuestro sector”.
“En nuestro país, llevar una real justicia social al campo continúa siendo un imperativo que incumbe a todos quienes nos dedicamos a su servicio”, enfatizó.
“La agricultura como vocación, el conocimiento como herramienta, el trabajo en equipo como estrategia y la justicia social como convicción, son los valores que adquirí en esta mi alma mater”, subrayó.
Villalobos Arámbula expuso que “hoy debemos estar comprometidos con el desarrollo sustentable de la agricultura, con la disminución de la emisión de gases de efecto invernadero, con el aumento del secuestro de carbono, con la reducción de la huella hídrica y con la contención del deterioro de los suelos agrícolas y pecuarios”.
Subrayó que es también necesario contribuir a la adaptación de la agricultura a los efectos del cambio climático, en particular a la variabilidad del clima y a la multiplicación de los fenómenos climáticos catastróficos.
“Tenemos la obligación de anunciar al mundo que si la agricultura tiene parte en el problema, también es clave para la solución”, expresó en el Auditorio Álvaro Carrillo de la casa de estudios.
La seguridad alimentaria de millones de personas depende de lo que se haga en favor de un campo más productivo, incluyente y sustentable, apuntó.
Honoris Causa por la UACh, distinción que reconoce una fructífera trayectoria
El titular de la Secretaría de Agricultura se congratuló por la distinción recibida por parte del Consejo Universitario, y rindió un homenaje a las generaciones de maestros, investigadores y estudiantes, quienes han construido la historia de Chapingo a lo largo de más de 100 años y contribuido al desarrollo de la agricultura mexicana.
Dijo que su entusiasmo por estudiar agronomía surgió cuando por Emilia María, quien en aquel tiempo era su novia de secundaria y después su esposa, se enteró de la existencia de la entonces Escuela Nacional de Agricultura (ENA) y después del movimiento estudiantil de 1968 consiguió ingresar a la institución e incluso obtuvo una beca para financiar su carrera.
Recordó que dejó a su familia y casa para asumir el reto, con esfuerzo, estudio y dedicación, sobre todo en una época donde los jóvenes cuestionaban los valores conservadores y creían posible una sociedad más justa y alejada de los conflictos bélicos.
Así, expuso, pasó siete años en la ENA, donde transitó de la rígida disciplina del modelo militarizado a uno donde la participación estudiantil se volvió determinante, con autodisciplina y sin perder el rumbo.
Recordó que en sus horas libres trabajaba como voluntario en la Rama de Genética del Colegio de Postgraduados (Colpos) y en su tercer año de preparatoria agrícola fue asistente del laboratorio de Genética del Desarrollo, que fue uno de los primeros en América Latina y la base de lo que ahora es la biotecnología.
Señaló que la genética vegetal marcó su futuro profesional, pues se inculcó en su formación científica, y tiempo después partió a Japón para obtener conocimientos en microscopía electrónica, morfogénesis y fisiología vegetal durante un año.
Durante su estancia exterior, refirió, se dio cuenta de lo indispensable de continuar con su formación y adquirir conocimientos más especializados, por lo que realizó estudios de maestría en Genética en el Colpos y después un doctorado en la Universidad de Calgary, en Canadá.
Chapingo, el paso de una trayectoria exitosa
Con su paso por los salones, corredores y campos de Chapingo se determinó su trayectoria profesional, personal y hasta familiar porque –dijo– el conocimiento es un bien que crece más cuando se comparte y, por lo tanto, debe ser una herramienta para construir sociedades más justas.
Indicó que si bien el avance del conocimiento científico tiene un gran valor, es conveniente preponderar la contribución los conocimientos ancestral y tradicional a la agricultura porque lo han demostrado más de diez mil años de civilización humana.
Sin dejar de premiar los esfuerzos individuales, que permiten sistemas agrícolas más productivos, comentó que en la actualidad es importante procurar que los beneficios alcancen a toda la comunidad.
“Por eso he dedicado toda mi carrera al servicio público, tanto en organismos internacionales como en el gobierno mexicano y en instituciones educativas”, resaltó Villalobos Arámbula, quien destacó también la participación de la iniciativa privada.
Al compartir una reflexión sobre el futuro de la agricultura y el papel de los profesionales, subrayó que el lema de su alma mater: “Enseñar la explotación de la tierra, no la del hombre”, es una visión que hace énfasis en el valor de la agricultura y su capacidad para producir riqueza y bienestar para quienes producen, pero a condición de erradicar la pobreza en los territorios rurales.
De esta manera, reiteró su agradecimiento a la Universidad Autónoma Chapingo y reconoció la importancia de tener una institución pública para brindar la oportunidad de formar profesionales de bien, en beneficio de la agricultura y el país.
En la ceremonia solemne también fueron distinguidos con el título Honoris Causa: Mario Roberto Martínez Menez, Armando Bartra Vergés y Enrique Álvaro Tamez González.
En la categoría Profesores Eméritos, la casa de estudios reconoció a David Cibrián Tovar, Guillermo Torres Carral, Gustavo Almaguer Vargas, María Teresa Beryl Colinas v León y Juan Antonio Leos Rodríguez.
Como Agrónomos Ilustres fueron distinguidos Enrique Palacios Vélez, Carlos Alberto Ortiz Solorio, Constantino Rogelio Posadas del Río y Jorge Duch Gary.