Luis Ángel García
Bajo el amparo de la protección animal, muchos políticos como el saltimbanqui legislador local Jorge Gaviño y muchos seudo ecologistas utilizan la bandera del maltrato a los seres sintientes para ganar fama pública y atraer los reflectores con el propósito de que sus líderes se fijen en ellos y ser considerados para una nueva posición política que les permita, no servir a los ciudadanos, sino servirse de los dineros públicos.
Bajo la obsesiva idea de extinguir las corridas de toros con el argumento de que se tortura a las reses de lidia se interpusieron diversos amparos que, uno a uno, los administradores de la justicia han echado abajo y negado la protección a los seudo defensores de los bureles. Entre ellos el citado diputado Gaviño, quien en el pasado reciente tuvo la oportunidad de votar la ley de defensa de los animales presentada por el partido verde, con quienes se comprometió a votar a favor y luego se rajó, lo que provocó un enfrentamiento con el líder de los ecologistas y salió con la peor parte. Los jueces, magistrados y ministros han aprobado la realización de las corridas, a sabiendas de que esa defensa de los animales es un mero pretexto para conseguir fines políticos.
Por cierto, nadie se preocupa por las carreras de caballos o galgos, donde también se explota a los animales e incluso se apuesta a ellos, o las peleas de gallos, espectáculo en el que corre un dineral entre dueños y apostadores. Tampoco se prohíben las funciones de box, sangriento deporte en el que dos cristianos, como verdaderos animales, se rompen la crisma para deleite de los aficionados, quienes también cruzan apuestas e incluso se hace uso político de los gladiadores, como es el caso del “Canelo” Álvarez con la candidata de la 4T, quien seguramente desconoce que el tapatío y su familia no radican en México, sino en la Unión Americana, por lo que seguramente no votarán por ella y les importa un bledo sus propuestas de campaña; por cierto, el “Canelo” no debe tener muy buena impresión sobre la seguridad pública en el país, luego del secuestro de uno de sus hermanos.
Pero Gaviño sigue aferrado a su lucha y amenaza con ir a las instancias internacionales, tal vez como distractor para que no lo salpiquen con la falta de mantenimiento en el Metro, como lo ha denunciado el propio Carlos Slim. Por sus complicidades y silencio, el legislador capitalino ha sido premiado con otros cargos públicos.
Por cierto, a los antitaurinos no se les ha visto protestar ni pintarrajear Palacio Nacional por la muerte violenta de casi 180 mil mexicanos en lo que va del sexenio a manos del crimen organizado.
Solo por no dejar: A propósito de temas ambientales y ecológicos, Huixquilucan libra una doble batalla: la crisis de agua, y hoy también plagas que amenazan su exuberante vegetación. Sequías recurrentes e intensas debilitan a los árboles, volviéndolos presa fácil para insectos descortezadores y defoliadores. Estadísticas destacan que hacia 2021, la superficie afectada por estas plagas en México ya había alcanzado casi las 48 mil hectáreas. Esto no solo amenaza la biodiversidad, también genera un impacto económico en las comunidades que dependen de la madera de forma sostenible; el activista y gestor social David Jiménez García, quien fuera octavo regidor del municipio, plantea que la situación no puede subestimarse, las sequías persistentes los vuelven más vulnerables, lo que desencadena un ciclo de infestación. Jiménez García, por cierto, aspira a la candidatura a la presidencia municipal, por lo que ya trabaja con las comunidades para atender el problema hídrico y el tema de las plagas.