Alejandro Sánchez Estrada
Se dice que el conjunto de derechos en nuestro controvertido sistema democrático son el engranaje de convivencia de nuestra sociedad, en donde el principal ingrediente que le da legitimidad es la participación de la ciudadanía que se relaciona en diversos asuntos públicos.
Y que las elecciones federales y locales juegan un papel fundamental, pues representan uno de los rubros más importantes a través de donde se renueva el poder público que le da vida a nuestro polémico sistema político.
Bajo este contexto, existen varias formas para que las y los mexicanos participen en los procesos electorales; una de ellas es su asistencia a las casillas a emitir su sufragio el día de la jornada electoral por el partido político, coalición que, en su caso se registre, candidata o candidato de su elección.
En este sentido, entre más participación de la ciudadanía en elecciones mayor credibilidad le da a las mismas y al propio sistema, así como a las personas candidatas que eventualmente resulten electas.
En caso contrario, la poca participación tiene diversas lecturas que van desde la apatía de la gente, su no credibilidad en las instituciones e instancias políticas competidoras, hasta el cuestionamiento al propio sistema instituido y a la amenaza del crimen organizado.
Desde estos posibles escenarios, diversos personajes de la política, en particular de la oposición, han sentenciado que los asesinatos de precandidatos a distintos puestos de elección en el proceso electoral en curso, en diversos estados de la República, son signo alarmante de que la incipiente democracia está en peligro, pues el crimen organizado está siendo factor de distorsión.
Aunado a ello, especialistas y ex consejeros electorales han advertido que con la caprichosa y autoritaria propuesta de reforma electoral que pretende el mandatario de las mañaneras, apoyada por la bancada del partido guinda y sus aliados en el Legislativo, pone en riesgo el proceso electoral 2024, con el supuesto de tener una democracia plena, así como para que las y los consejeros, magistrados electorales, sean verdaderos jueces, que no estén al servicio de los grupos de intereses creados.
Lo cierto, desde su punto de vista, es dar un golpe de estado contra las instituciones rectoras de los procesos electorales en la incipiente democracia, y robarse la elección, a costa de lo que sea, sobre todo, con las carretadas de dinero público saqueado en todo lo que va del sexenio.
Es decir, con recursos del erario o el plomo, con la ayuda del crimen organizado, comprar o condicionar el voto de la ciudadanía hasta convertir la jornada del 2024 en una verdadera “narco-elección” de Estado.
Y desde esas disyuntivas, la iglesia católica en México haría un llamado a promover el entendimiento entre los diversos sectores del país para garantizar que el proceso electoral más grande de la historia, no se realice en un clima de polarización social, “basado en el desprecio por el otro, por el que piensa, siente, quiere y vota diferente; en la humillación y el ninguneo de quien ve el mundo de modo distinto”.
La Arquidiócesis Primada de México recordaría el llamado que el pasado 1 de enero hizo el Papa Francisco para usar el entendimiento como vía para acceder a la paz y a considerar que este será un año importante para el país en materia electoral.
“En medio de las divisiones actuales, todo se ha convertido más en una cuestión de filias y fobias que de razonamientos honestos sobre la vida de la nación”, se advierte en el editorial del semanario Desde la Fe. Como siempre le digo, amiga y amigo lector, su opinión es la que cuenta.
En el tintero: Y en plena cuesta de enero, el mal llamado gobierno de la 4T vuelve a mentir, al afirmar que se acabó esa época, pues siguen existiendo miles de familias, que con sus mini-salarios, no les alcanza para nada, ni siquiera para adquirir la canasta básica…Pese a los reclamos de la ciudadanía, desde Palacio Nacional se niega el incremento generalizado de precios en bienes y servicios esenciales…Los aumentos van desde alimentos básicos como el aguacate, la cebolla y el tomate, hasta servicios públicos y transporte, afectando a todos los estratos sociales, pero sobre todo a las personas de ingresos bajos… Para el bloque de la oposición, el dueño del partido guinda miente cuando dicen que no subió el precio de la gasolina, cuando fue la propia SHCP quien informó de un aumento del 4.32% este año en el Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS)…Ello, en su opinión, implica un incremento directo a la gasolina, aunque el gobierno de la 4T lo niegue, lo que afecta tanto al gremio del transporte del país como al precio de los alimentos…Y aunado esas mentiras, tan solo en la Ciudad de México, el ajuste inflacionario de seis por ciento, aprobado por la mayoría de Morena en el Congreso local, ocasionará un aumento generalizado en impuestos y derechos… Es decir, un alza en el pago de predial y servicios de agua, copias certificadas de nacimiento o matrimonio, licencias, refrendos de automóviles e incluso matrimonios o divorcios… También se han percibido aumentos en el recibo de luz y en los altos costos para utilizar servicios aeroportuarios gracias a un albazo de Morena en la Cámara de Diputados… El AICM aumenta 3.2% el costo del TUA para 2024 en vuelos nacionales y al extranjero, una tarifa que puede representar hasta el 60% del costo de un boleto de avión, según la aerolínea…La pregunta sería, si las mentiras y la farsa de primero los pobres, ¿tendrá un alto costo para las y los candidatos del partido guinda en la jornada comicial del 2 de junio del 2024?… Hasta la próxima entrega.