Por: Gabriel Castillo y Arturo Paz
Hasta nuestra redacción llegó el tema que, tras el despido de Óscar Flores como director general de comunicación social, luego del escándalo por denuncias de abuso sexual, en el Instituto Nacional de Acceso a la Información se pusieron serios, y designaron en el cargo a Eduardo Arvizu, un periodista de probada trayectoria.
Don Eduardo, ocupó recientemente la dirección de prensa de la Cámara de Diputados, que más tarde dejó para acompañar a Santiago Creel en sus aspiraciones presidenciales.
Nos mencionaron que con la llegada del nuevo vocero, el órgano garante de la transparencia del país, y la destitución del anterior, no debe significar el fin de las investigaciones sobre la conducta del señor Flores, cuya salida del Inai debe favorecer el avance en las querellas por acoso y abuso sexual, denuncias que, por cierto, el Inai reservó por dos años, ante una solicitud de información relacionada con el caso presentada por este diario.
De tal suerte, el Instituto argumentó que esa información “debe clasificarse como información reservada”, pues su publicación obstruiría los procedimientos para fincar responsabilidad de los servidores públicos.