Política Electoral
Daniel Osvaldo Sánchez
A decir de diversos especialistas en Inteligencia Artificial (IA), la tecnología para replicar la apariencia de una persona ha existido durante décadas; aunque solía ser extremadamente costosa y sus resultados no eran del todo satisfactorios.
Pero en los años recientes, esto ha cambiado drásticamente; pues los avances en inteligencia artificial han puesto en manos del público herramientas sumamente poderosas que permiten imitar de forma convincente la voz y las expresiones faciales de cualquier individuo.
Por lo que, cada vez, resultará más difícil diferenciar la realidad de la ficción; ya que las noticias falsas están adquiriendo una nueva dimensión que amenaza con engañar a un público más amplio.
Aunado a esas negras perspectivas, para las y los diseñadores y desarrolladores de IA, prohibir estas conductas en una ley hará muy poco para disuadirlas, pues dependen de la misma tecnología para contrarrestarlas.
Pues hay que considerar que algunas redes sociales, como Facebook, han invertido durante años en tecnología que les permita detectar el uso de deepfake (falsificaciones profundas) y, sin duda, las elecciones presidenciales que están en puerta en México y Estados Unidos serán una prueba de fuego para estas medidas de seguridad.
Los deepfakes son videos realistas generados con inteligencia artificial que ya suponen una amenaza global. El término deepfake surgió, por primera vez, en 2017 para describir fotos, audios, videos y otras falsificaciones realistas generadas con inteligencia artificial.
Es decir, las deepfakes o mentiras profundas, roban identidades para engañar a personas mediante videos, audios o imágenes; y, desafortunadamente, no hay regulación jurídica alguna ni sanción para quienes las usan en detrimento del prestigio de las personas con un fin perverso.
Aquí valdría la pena recordar que el pasado 10 de agosto, la Comisión Electoral Federal (FEC) de Estados Unidos votó por unanimidad a favor de una petición que podría regular las falsificaciones profundas deepfakes en anuncios políticos generados por inteligencia artificial.
La petición va dirigida a los anuncios que utilizan IA para mostrar a los candidatos políticos haciendo o diciendo cosas que no han hecho de cara a las elecciones de 2024.
Robert Weissman, el presidente de la organización de defensa detrás de la petición, Public Citizen, calificó las falsificaciones profundas como una amenaza significativa para la democracia.
“La FEC debe usar su autoridad para prohibir las falsificaciones profundas o arriesgarse a ser cómplice de una ola de desinformación fraudulenta impulsada por la IA y de la destrucción de las normas básicas de verdad y falsedad”, subrayaría.
Y para diversos personajes políticos mexicanos, en las campañas electorales que están por arrancar oficialmente, la inteligencia artificial puede ser utilizada de manera vil y vulgar para el robo de identidad e intentar confundir, engañar y defraudar a miles de personas que participarán en el proceso electoral del 2023-2024.
Aunque habría que recordar que la guerra sucia comenzó hace varios años con las llamadas noticias falsas, o fake news, que son asuntos del pasado; y que ahora, es mucho más sofisticado, mucho más fuerte lo que llaman o llamamos las mentiras profundas o deepfakes, son una nueva modalidad mucho más avanzada y más perjudicial, con daños, en muchas ocasiones, irreversibles.
Un deepfak es un vídeo en el que se muestran imágenes falsas, habitualmente del rostro de una persona, que parecen ser reales y que se han producido utilizando inteligencia artificial; son técnicas de machine learning denominadas deep learning (aprendizaje profundo), que utilizan algoritmos.
Entre ellos, están el algoritmo del odio y el algoritmo del miedo, que consisten en identificar, retroalimentar y expandir todos aquellos sentimientos de rechazo, discriminación y extinción que se expresan en las conversaciones en las redes, para que las y los candidatos hablen sobre estas amenazas y obtengan las simpatías de potenciales electores.
Es decir, son maniobras cibernéticas, un campo donde las deepfakes han encontrado cobijo y crecido como la espuma que, en la política electoral, cayeron como anillo al dedo para un nuevo tipo de guerra sucia, la digital.
De ahí, que para las elecciones más grandes del país, en particular en las presidenciales, se han encendido los focos rojos, ya que estamos frente a una manipulación digital, un vil y vulgar robo de identidad que puede confundir, engañar y defraudar a miles o millones de personas.
Desde los anticipados procesos internos del partido oficialista y el bloque opositor, y ahora en el arranque oficial del proceso electoral para las elecciones presidenciales y demás comicios en el 2024, se perciben campañas muy sucias, llenas de insultos y descalificaciones, un tiradero de estiércol que ojalá no llegue a la violencia.
Será, sin duda, una lucha sin cuartel, lo mismo de parte de candidata oficial que la opositora y el tercero o cuarto, porque habrá algún independiente que se inscriba en la contienda. Se van a dar con todo lo que tengan a sus alcances, desde luego a través de las redes sociales.
Desafortunadamente, atrás quedaron los expedientes, muchas veces, firmados por médicos o abogados inexistentes o los problemas familiares, ahora hay nuevos métodos, habrá una guerra digital en el que saldrán a relucir, cierto o no los defectos de las y los aspirantes, nunca las virtudes. Como siempre le digo, amigo lector, su opinión es la que cuenta.En el tintero: Un espejo populista y autoritario de la derecha y la izquierda…Durante la semana pasada círculo, en las redes sociales, el siguiente artículo que bien podría ser un fiel reflejo del personaje de Palacio Nacional, juzgue usted, amigo lector…En los últimos años, hemos sido testigos de un fenómeno preocupante en América Latina, el avance de movimientos de derecha que buscan cuestionar y desafiar los sistemas democráticos establecidos…Uno de los ejemplos más destacados de esta tendencia es el ascenso de Javier Milei en Argentina; economista y político que ha ganado notoriedad por su retórica radical y su enfoque libertario…El caso de Milei es una manifestación local de esa tendencia; pues este político argentino se presenta como un defensor del liberalismo económico y aboga por la reducción del Estado y la apertura de la economía…Su discurso va más allá de las políticas económicas y se adentra en terrenos peligrosos…El surgimiento de este tipo de liderazgos plantea varios riesgos para los sistemas democráticos en América Latina; pues su enfoque radical puede llevar a la desestabilización política…Al promover un discurso de confrontación constante, socava la capacidad de los Gobiernos para forjar consensos y buscar soluciones a los problemas nacionales…Además, esta visión tiende a simplificar problemas complejos, ofreciendo soluciones fáciles, pero ineficaces… Esto puede generar expectativas insostenibles entre la población y, cuando estas no se cumplen, provocan un aumento en la frustración y la desconfianza en la democracia como sistema de gobierno…La retórica de Milei puede obstaculizar la capacidad de la sociedad para llegar a acuerdos y trabajar en conjunto por un bien común; pues en lugar de promover el diálogo y el entendimiento, fomenta la confrontación y la hostilidad entre diferentes grupos de la población…Hasta la próxima entrega.