La Quimera / Gobiernos populistas sólo ganan simpatías de la población con medidas contrarias a la democracia                            

Política Electoral

Daniel Osvaldo Sánchez 

Se dice que en toda sociedad democrática el populismo, con una significación peyorativa, es el uso de medidas de gobiernos populares y autoritarios destinadas a ganar la simpatía de la población, particularmente si esta posee derecho a voto, aun a costa de tomar acciones contrarias a un Estado democrático.

En diversos estudios políticos, la noción de populismo parece evidente. Es utilizada generalmente cuando se trata de definir ya sea regímenes políticos encabezados por líderes fuertes que pretenden representar al pueblo y aparecen con nombre y apellido, como: Juan Domingo Perón, en Argentina; Hugo Chávez, en Venezuela y otros líderes de diferentes países africanos.

Esta noción merece ser analizada, según algunos politólogos, desde el punto de vista del discurso, ya que, al rastrearla históricamente, se constata una gran variedad de empleos sin saber, en definitiva, si se trata de un régimen político o de una estrategia de poder. 

Es decir, cuando los sujetos o personajes que hablan son actores políticos, se observa que el término de populista es empleado tanto por la derecha como por la izquierda para estigmatizar al partido adverso o para defenderse de la estigmatización adversa. 

Muchas veces para la derecha, la izquierda es populista porque manipula a las clases obreras y populares; para la izquierda, la derecha es populista porque manipula a las clases medias y populares (menos politizadas) con discursos que buscan generar la emoción más primitiva el “miedo”. 

Y también existen algunas personalidades, como el dueño del partido guinda, que llegan hasta reivindicar la calificación de populista dándole un sentido positivo: “Si ser populista es reconocer al pueblo la facultad de opinión, el derecho a expresarla y a escucharla, entonces sí soy populista, porque también eso es ser demócrata”.

Aquí valdría la pena también recordar que diversos organismos internacionales definen a los “discursos del odio” como el uso de la violencia verbal hacia una persona o un grupo por su religión, raza, género u otro factor de identidad.

Es decir, el discurso de odio debe entenderse como fomento, promoción o instigación, en cualquiera de sus formas, del odio, la humillación o el menosprecio de una persona o grupo de personas.

Así como el acoso, descrédito, difusión de estereotipos negativos, estigmatización o amenaza con respecto a dicha persona o grupo de personas y la justificación de esas manifestaciones por ascendencia, origen nacional o étnico, religión o creencias y otras características o condición personales.

Ahora bien, encuadrado en su discurso populista, autoritario y de odio, el mandatario de las mañaneras lanzaría amenazantes advertencias, en la celebración de su quinto aniversario por su triunfo electoral, que terminaría en mitin, en contra de una oposición obcecada y reaccionarios vanguardistas del neoliberalismo.

“No es sentencia, ni siquiera advertencia, ni mucho menos amenaza, pero les digo desde el Zócalo, la principal plaza pública de México: poco lograrán si no abandonan su egoísmo y aprenden a respetar, a amar a sus semejantes. No llegarán lejos”, referiría el invasor de Palacio Nacional, en la parte final de su mensaje de una hora y seis minutos.

También daría línea a sus “corcholatas”, que supuestamente les quitaron los reflectores al sentarlos abajo del templete oficial: “Para evitar que la oposición retome el poder los seguidores de la cuarta transformación no deben apartarse del ideal que es apoyar a los de abajo, aliarse siempre y sostenerse, respaldarse, con el pueblo”.

“Mientras los reaccionarios, de nuestro tiempo, no acepten ni practiquen estos preceptos, nada ni nadie podrá vencernos. Si se quiere cambiar la realidad por convicción y protección política hay que ver por los pobres”, remarcaría desde un Zócalo abarrotado, más por acarreados que por convicción.

A los arribistas, oportunistas y sumisos de su gabinete, así como a las y los  gobernadores de la 4T, les remarcaría  que el pacto entre el pueblo y su gobierno se ha sellado bajo el principio de atender y respetar a todos, con mayor enfoque en los necesitados.

La respuesta de Claudio desde las redes

Tras los señalamientos, sin fundamento, del mandatario de las mañaneras a Claudio X. Gonzáles (hijo), a quien llamó gerente del supremo poder conservador, que es respaldado por traficantes de influencia y políticos corruptos del más alto nivel del antiguo régimen.

En contraataque, desde la tribuna de las redes sociales, el empresario y activista criticaría al dueño del partido guinda y cabeza del llamado gobierno de la cuarta transformación:

“Nunca hubo peor gobierno que el de Morena, ni tantas mentiras y distractores para esconder las consecuencias. La popularidad no le quita lo inepto y destructivo al presidente”.

También recordaría a ex-presidentes de naciones sudamericanas que, desde su perspectiva, fueron populares y acabaron destruyendo a sus naciones, como el presidente cubano, Fidel Castro; así como el ex presidente venezolano, Hugo Chávez y a su sucesor, Nicolás Maduro. Como siempre le dijo, amigo lector, la mejor opinión es la de usted.

En el tintero: La tormentas electorales, la incongruencia y los desacuerdos entre sus dirigentes y militantes desmoronan al Partido Revolucionario Institucional, que fuera todo poderoso por más de ocho décadas…Y es que encabezados por  Miguel Ángel Osorio Chong, las senadoras Claudia Ruiz Massieu y Nuvia Mayorga, así como por el senador Eruviel Ávila, presentaron su renuncia al casi extinto PRI, al no coincidir con la forma en que se ha desarrollado el partido y anunciaron la creación del Movimiento Congruencia por México…A nombre de más de 250 ahora ex priistas, agradecería el ex secretario de Gobernación a su partido por el apoyo: “El PRI de antes estará siempre con nosotros, nos ayudará a seguir adelante”…Tras criticar las decisiones que ha tomado el líder nacional de la agrupación, Alejandro Moren, el ex gobernador de Hidalgo haría el compromiso, ante los representantes de los medios de comunicación, que Congruencia por México fortalecerá la democracia, dignificará la política y pensar en los mexicanos…Y negaría que los ex integrantes priistas se retiren de la política, ya que aún queda mucho que hacer por el país….Hay que recordar que el PRI pasó de gobernar a 44 millones de mexicanos sólo 5 millones, de ser la primera fuerza nacional política a la cuarta en ciudadanos gobernados; además que, desde el 2019 a la fecha, se han perdido más de 2 mil 50 gobiernos municipales…Y la nota negra e incongruente la sigue dando la mayoría de Morena y aliados en el Senado al rechazar, una vez más, la realización de un período extraordinario de sesiones para elegir a un comisionado del Instituto Nacional de Transparencia y Acceso a la Información Pública, para cubrir la vacante de Francisco Acuña Llamas…Hasta la próxima entrega.