La compañía Flores TeatroDanza es una agrupación multidisciplinaria del norte de México. Está integrada por Alejandro Chávez y Fernando Leija (originarios de Tijuana y Tamaulipas), cuyos intereses por la creación y expresiones artísticas los condujeron a colaborar y fundar este proyecto en 2013.
Entre sus propósitos destacan el “crear desde un lugar abierto en el que dialoguen diferentes lenguajes y disciplinas, buscar una libertad creativa y acercarnos al público infantil, así como crear y trabajar para las infancias”, explica el codirector, Fernando Leija.
Su primer proyecto se tituló Flores para los vivos, pieza que integra el teatro y danza para hablar sobre la infancia. Con este montaje, que recupera anécdotas y recuerdos de ambos artistas, comenzaron a definir su interés en dedicarse a las audiencias infantiles.
Posteriormente, elaboraron más obras entre las que destacan Miedo come todo, la cual busca estimular la imaginación del público y abordar cómo el miedo impide descubrir nuevas cosas, y Ni tan chico ni tan lejos, una obra interactiva dirigida a primeras infancias, donde “solo se juega con la audiencia”.
Comenta el codirector y danzante que sus motivos por crear puestas en escena para niños se debe a dos razones:
“Encontramos que el público infantil es más afín al lenguaje del cuerpo, porque es su primer vínculo de relacionarse con el mundo, y más afín a las narrativas, es decir, se entregan a lo que sucede en escena, reaccionan a lo que se vive de manera más orgánica”.
Expone que con estas piezas desean ofrecer alternativas de teatro de calidad, así como apostar a las interacciones físicas, creativas y lúdicas con la audiencia.
“No tratamos de adoctrinarlos ni darles moralejas, queremos dialogar, brindarles estímulos visuales que los inviten y les ayuden a desplegar su imaginación y construir historias con nosotros, a interactuar”.
De igual manera, la compañía posee proyectos dirigidos al público adulto, entre los que se encuentran Nan, pieza inspirada en el libro The Ballad of Sexual Dependency, de la fotógrafa Nan Goldin; Sin Olimpia, la cual explora el cine erótico, y El gran salto una obra que, en palabras del entrevistado, cuestiona la capacidad del ser humano para ir más allá de sus límites.
Leija menciona que las obras, tanto de público infantil y adulto, se caracterizan, además del trabajo actoral y corporal, por el uso de elementos como máscaras, piñatas, cubos, entre otros, y por integrar disciplinas como el performance y el clown.
“Dependiendo del proyecto es como integramos otras disciplinas, pero lo que siempre está presente en todos nuestros trabajos son los objetos y elementos; son importantes porque estos fungen como títeres, como máscaras o como todo”.
Actualmente, la agrupación trabaja en un nuevo proyecto titulado Espera tropical, una colaboración con la bailarina Paola Reyes, donde “dos personajes construyen una historia ficticia y dentro de ésta se le superpone otras historias”.
Además de la creación y presentación de obras, la agrupación también imparte talleres de danza y creación dirigidos a un público adulto, y cursos para niños donde se les enseña a relacionarse con su cuerpo, así como detonar la imaginación a través de las artes.
A lo largo de sus siete años de trayectoria, se han presentado en distintos festivales como el Festival Internacional de Teatro para los Primeros Años (FITPA), el Festival Internacional de Danza Onésimo González, en el Festival Internacional de Danza Contemporánea Lila López; además de presentarse de manera internacional en Colombia, Nicaragua, Guatemala y Florencia.