Por Guillermo Pimentel Balderas
Pues, a pesar de que el Sindicato Nacional de Trabajadores del Sistema de Transporte Colectivo Metro (SNTSTC), advirtió a la Regente de la Ciudad de México el peligro (un riesgo latente de descarrilamiento) que representa para los usuarios la terminal Pantitlán, Línea 9, con un problema estructural y las vías deterioradas, la “corcholata” certificó que “hasta el momento no hay riesgo” y, garantizó que ha sido revisada por expertos estructuristas desde el inicio de su administración.
O sea, no se suspende el servicio a pesar de haber reconocido que la zona donde se encuentra dicha terminal –Pantitlán- es afectada por hundimientos diferenciales.
En un comunicado, la organización que encabeza Fernando Espino, asegura que de forma errónea se realizan los trabajos de apuntalamiento temporal del sistema de trabes. Además de que se ignoró la experiencia de 50 años con que cuentan los trabajadores del Metro. Advirtió que se pone en riesgo a trabajadores, usuarios y equipos.
Pero… la favorita de López Obrador minimiza la prevención y desoye las opiniones, como lo hizo con el colapso de la Línea 12 del Metro, que dejó 27 muertos y 100 heridos y, con la desgracia en el colegio Enrique Rébsamen (en la entonces delegación Tlalpan a su cargo), el 19 de septiembre de 2017, cuando un sismo de magnitud 7.1 sacudió el centro y sur del país y, terminó con la vida de 19 niños y siete adultos en esta escuela privada.
Sobre esta tragedia, Shembaum, a fuerzas, se tuvo que disculpar públicamente por mandato de la recomendación 31VG/2019 emitida por la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) “por las irregularidades en la actuación de funcionarios públicos, principalmente de la alcaldía Tlalpan, al permitir la construcción ilegal de un cuarto piso en la escuela que afectó la seguridad estructural del inmueble”.
Ahora, A dos años del colapso de la Línea 12 del Metro, que dejó 27 muertos y 100 heridos, las víctimas aseguran que no ha habido justicia y desmintieron los supuestos acuerdos reparatorios que han anunciado las autoridades. Acusan que la Fiscalía de Ernestina Godoy mintió al afirmar que ha priorizado en la reparación del daño.
Al contrario, afirman que la mayoría de los afectados no quiso seguir la ruta de la corrupción del Gobierno de la Ciudad de México. El asesor jurídico de las víctimas, Teófilo Benítez Granados, explicó que son 14 las personas que no han recibido la reparación del daño, por no aceptar las condiciones a las que califican de una “burla”; además de exigir que en la investigación se incluya (a la comadre de López Obrador) Florencia Serranía, exdirectora del Metro, para que responda ante las autoridades.
Dijo que es una lástima que el Ministerio Público se haya alejado de su papel de representante social, pues no personifica los intereses de las víctimas que se han negado a aceptar los engañosos términos de la reparación del daño que ha impulsado la Fiscal Ernestina Godoy con Grupo Carso de Carlos Slim. ¡Corrupción a galope!
Por lo pronto, ojala y no sea una “tragedia anunciada”.
Otras fichas
Bueno, pues, con relación a las “corcholatitas” de Iztacalco, nos enteramos por medio de las “benditas redes sociales” que la protegida de Armando Quintero (peor alcalde de Iztacalco) y Marti Batres (mandadero de la Regente capitalina), es veracruzana. Desconoce donde esta parada o sea, Iztacalco. Dicen que es una perfecta desconocida. ¡Órale! En la próxima entrega abordaremos a las otras “corcholatitas”.
Dice mi abuelita: Más pronto cae un hablador que un cojo. ¡Ahí te hablan Monreal!