Guillermo Pimentel Balderas
Hace más de un año, la sede del Club Primera Plana (CPP), tuvo que emigrar debido a que el gobierno de López Obrador, por medio del Instituto de Administración y Avalúos de Bienes Nacionales (INDAABIN), le quitó el inmueble ubicado en la calle de Humboldt número 5, en el Centro Histórico de la Ciudad de México.
Sí, la organización gremial, con más de 62 años de existencia, ocupó dicho edificio durante 33 años y por otro “capricho” del presidente, fue que hubo que hacer maletas y mudarse al edificio del Congreso del Trabajo, por el rumbo de Tlatelolco.
No sin antes, tan solo unos días para el vencimiento del convenio, los ocupantes del inmueble hayan sido notificados que tendrían que desocupar el inmueble el 9 de noviembre de 2020 “por la nueva política de austeridad republicana del Gobierno Federal”.
Fue una artera agresión contra el Gremio Periodístico que, no se justifica de ninguna manera, por el dolo con que se actuó,
El INDAABIN, en principio, había mantenido su compromiso de renovar el convenio de comodato de la Sede del Gremio Periodístico durante todo un año, que al final resultaron solo mentiras, engaños. Además, al ser comentado en una “mañanera”, López Obrador dio instrucciones a su vocero Ramírez Cuevas para que atendiera y resolviera la petición de renovación del convenio del comodato; sin embargo, ni él ni Claudia Sheinbaum (Jefa de Gobierno de la Ciudad de México) le dieron solución. Se impuso la cerrazón total y más mentiras.
Triste recordar que las oficinas del Club, en dos ocasiones, fueron vandalizadas por “grupos de choque” (¿de las mismas autoridades de la 4T?), destruyendo y saqueando parte del mobiliario. De estos hechos se levantó un acta ante el ministerio público correspondiente, sin respuestas.
En un escrito a los socios, José Luis Uribe Ortega, presidente del CPP, redactó los motivos, principalmente de hostigación y violencia, por los que se decidió hacer entrega del espacio que resguardaba las oficinas, a partir del 2 de diciembre de 2022, “para evitar alguna agresión física contra los trabajadores y los Socios que cotidianamente acuden al Club”.
¿Por qué recordar…? Actualmente, da pena y rabia y, es una verdadera lástima ver las condiciones en que se encuentra la fachada del inmueble (habría que ver su interior). Ese espacio, en la Plaza de la Información, a las afueras de la estación del metro Hidalgo (salida sur), ¡es un desastre!, ante la mirada inerte de ciudadanos que pasan por el lugar y, hasta de las mismas autoridades, tanto del gobierno de la Ciudad de México como de la Alcaldía Cuauhtémoc.
Prácticamente, ¡es un muladar! Ahora, no solo indigentes la ocupan sino también los “amantes de la marihuana” que, al correrlos de la Plaza Luis Pasteur, a un lado del Senado, “mañosamente” los aventaron a Humboldt y Reforma. La pregunta obligada es: ¿Por qué precisamente en la Plaza de la Información? ¿Va con dedicatoria?
Bueno, pues está visto que no solo lo socios del CPP, sino la mayoría de los profesionistas de la pluma (hoy también de la computadora), nos enfrentamos a un sinnúmero de agresiones que pareciera no tener fin: persecuciones, descalificaciones, privación ilegal de la libertad, asesinatos, ataques directos a periodistas y medios de comunicación y a organizaciones gremiales. No se diga, los ceses en oficinas gubernamentales.
“Nos quedó claro que las Autoridades actuales no recurren a la aplicación de la ley para resolver controversias, sino que actúan de manera arbitraria y violenta”, redactó José Luis Uribe Ortega como conclusión en su escrito a los socios el 7 de enero de 2022.