Política Electoral/
Alfonso Alejandro Sánchez
Descuartizar es dividir un cuerpo humano haciéndolo cuartos; en los casos criminales de la historia se habla de desmembrar que significa arrancar o cortar los miembros.
Luego de este breve preámbulo, entremos en materia. En febrero, mes del amor y la amistad, el Senado de la República esta obligado a destrabar la segunda parte del Plan B de reformas electorales del inquilino de Palacio Nacional, que en diciembre pasado se quedó atorada y con lo que se pretende concretar la cirugía mayor o descuartizar al Instituto Nacional Electoral (INE).
Con el arranque del periodo de sesiones ordinarias en la Cámara Alta, se dio el banderazo para que las comisiones de Gobernación y Estudios Legislativos, con opinión de la Comisión de Justicia, inicien la próxima semana el análisis y debate de los cuatro cambios de la mentada reforma electoral que quedaron congelados, aunque no será en fats track, sí será un trámite exprés.
Hay que recordar, amigo lector, que la controvertida minuta comprende enmiendas a cuatro leyes, aunque en total se trata de unos 420 artículos, todos aprobados ya por la mayoría legislativa del partido guinda y sus aliados, y solo está pendiente decidir sobre uno, el que contiene la transferencia de votos entre partidos, el llamado “cláusula de vida eterna”.
Es decir, la discusión se centrará en el artículo 12 de la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales (Legipe), único en el que hubo diferencias entre las dos cámaras del Congreso y su estatus sigue pendiente en el Senado, pues -como pelota de tenis- pasó de una Cámara del Congreso a otra, y regresó al Senado, quien deberá o no avalar lo modificado por la colegisladora, que de última hora decidió eliminar la cláusula.
Esta no era parte original del Plan B; ésta fue introducida en lo oscurito por el Partido del Trabajo y el Partido Verde la madrugada del 7 de diciembre durante la votación en la Cámara de Diputados, sin pasar por las comisiones ni dictaminación.
“Los Partidos podrán postular candidatos bajo la figura de Candidatura Común. En este caso aparecerá en un mismo recuadro de la boleta electoral el logo o emblema de los Partidos que decidan participar en esta modalidad. Los Partidos deberán celebrar un convenio de distribución de los votos emitidos”, fue la redacción del artículo 12 que ha generado polémica.
Esa cláusula, amigo lector, ya había sido declarada inconstitucional por la Suprema Corte de Justicia de la Nación por vulnerar el derecho de los ciudadanos a emitir un voto libre.
El Plan B de la reforma electoral comprende reformas a seis leyes. Se presentaron de forma separada; cuatro fueron enviadas por el Ejecutivo Federa a la Cámara de Diputados y dos fueron propuestas por las y los diputados de la llamada Cuarta Transformación, por eso constituyeron dos bloques separados.
Las dos últimas reformas legales ya fueron avaladas por ambas Cámaras y promulgadas; están vigentes desde el 28 de diciembre (Día de los Santos Inocentes) y fueron cambios a la Ley General de Comunicación Social y a la Ley General de Responsabilidades Administrativas.
Las otras cuatro leyes reformadas son la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales (LEGIPE), la Ley General de Partidos Políticos (LGPP), la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación (LOPJF), la derogación de una ley y emisión de una nueva, la Ley General de los Medios de Impugnación en Materia Electoral (LGMIME).
Estos cuatro ordenamientos, en una sola minuta, hizo que un solo párrafo detuviera la entrada en vigor de toda la controvertida reforma electoral; de ahí la urgencia de las y legisladores morenistas y sus aliados por aprobar la segunda parte, para que el Ejecutivo la publique y entren en vigor todos los cambios y, con ello, obligar al Instituto Nacional Electoral a iniciar su transformación o descuartización. Como siempre le digo, amigo lector, su opinión es la que cuenta.