450 años, es la vida de una botella de plástico

*** El 40 % corresponde a empaques de un solo uso


Ignacio Arellano Mora

En el marco del Día Mundial del Medio Ambiente, a conmemorarse el domingo 5 de junio, la Alianza por la Salud Alimentaria denunció, los empaques y botellas plásticos con los que se envuelven los ultraprocesados también contribuyen a la contaminación de nuestras aguas y espacios verdes.

En la actualidad, se producen casi 460 millones de toneladas de plástico, al año; el 40 por ciento corresponde a empaques de un solo uso .

En 2018, la auditoría realizada por el movimiento Libérate del Plástico (Break Free From Plastic) comprobó que los residuos de las compañías Coca-Cola Company y PepsiCo encabezan la lista de empresas que contaminaron el ambiente con plástico; en cuarto lugar se encuentra Nestlé.

Cabe destacar que, a pesar del reclamo público, solo el 9 por ciento del plástico producido en el mundo ha sido reciclado.

El proceso de producción de estos plásticos tiene una enorme huella de carbono e hídrica.

Casi el 99 por ciento de los plásticos se fabrican con productos químicos procedentes de combustibles fósiles, petróleo, gas y carbón.

En la actualidad la extracción, transportación y refinado del petróleo para la producción de plástico aporta, aproximadamente, 108 millones de toneladas métricas de dióxido de carbono (CO2eq) a nivel mundial.

De cumplirse con la estimación, las emisiones generadas durante el ciclo de vida de los plásticos se incrementarían a 1.34 miles de millones de toneladas métricas (Tm), en 2030, lo que semeja a 300 plantas generadoras de carbón.

El número aumentaría un 50 por ciento para el 2050.

Al comparar el impacto ambiental de un refresco en una botella de plástico con el filtrado de agua natural se aclara aún más el panorama.

Para producir medio litro de Coca-Cola, se necesitan 35 litros de agua y aunque su consumo demora entre 5 o 10 minutos, la degradación se extiende por 450 años, que es la vida de su botella plástica.

Es necesario tomar medidas urgentes para detener la fabricación de productos que no son esenciales ni necesarios para la dieta y que, por el contrario aumentan el riesgo de obesidad, diabetes, enfermedades cardiovasculares y mortalidad prematura; a la vez que dañan el medio ambiente y favorecen el avance el efecto invernadero y el calentamiento global.

Demandaron al Gobierno mexicano que se fortalezca la regulación de estos productos en ambos sentidos y en consideración de la evidencia que organismos de la sociedad y académicos han sumado sobre los daños expuestos en este comunicado.

Exigió a la industria de ultraprocesados que asuman su responsabilidad sobre el detrimento del ambiente y de la salud humana.