Por Víctor Sánchez
A partir de la pandemia de Covid-19 el desafío para garantizar un acceso realmente universal a la salud para toda la población, como un derecho humano, “es cada vez más complejo, pues el gasto de bolsillo que deben cubrir las familias sigue en aumento desde 1990 a la fecha”.
Una análisis practicado al sistema de salud en México, elaborado con motivo del Día Mundial de la Salud (abril 7), precisó, es insuficiente para garantizar el acceso efectivo a todos.
Ofrece trato diferenciado entre derechohabientes y personas no afiliadas al seguro social, pacientes y sus familias financian el sistema público por medio de sus impuestos y también pagan de su bolsillo servicios privados por falta de atención o recetas no surtidas efectivamente, servicios que trabajan sin transparencia y carecen de mecanismos eficaces de defensa ante costos inflados y otros abusos.
Integrantes del colectivo Acción Ciudadana Frente a la Pobreza señalaron que es urgente contar con una política pública integral que garantice el acceso universal a la salud, como un derecho y no como una prestación laboral o una mercancía.
En México se estima que 57 por ciento de la población acude a servicios privados de salud, ya sea por carecer de afiliación al sistema público o debido a la insuficiencia y falta de calidad de los servicios públicos, afirmaron especialistas.
REDUCCIÓN DE LA ATENCIÓN
La caída en la atención en los servicios públicos ha sido dramática.
Solo el 34% de quienes tuvieron necesidad de atención médica, acudieron a servicios públicos para recibirla.
El 81% recibió alguna atención, por lo que se puede inferir que 47% que sí recibieron atención la encontraron en servicios privados.
Las personas que deben cubrir sus gastos de atención a la salud, por carecer de afiliación a un sistema público o por no contar con seguridad social constituyen el sector más vulnerable.
Sin embargo, también hay personas que, aun contando con seguridad social, invierten recursos en la atención de la salud, debido a anomalías como las largas listas de espera para obtener citas, el desbasto de medicamentos o la falta de equipo para intervención, tratamiento o diagnóstico.
Junto con la reducción del número de atenciones hubo un incremento en el número y proporción de recetas no cubiertas efectivamente.
Durante 2021, en el IMSS el 10.3% de las recetas, un total de 22 millones 183 mil recetas no fueron surtidas efectivamente, de ellas casi 19 millones fueron totalmente negadas. de acuerdo con datos recientes del Colectivo Cero Desabasto.
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