Por Nidia Sánchez
La vida en rosa
De pensamiento ágil e intuitivo, premiado por sus poemarios “El día 33” en el Certamen Nacional de Poesía de los XXXVII Juegos Florales Nacionales Universitarios(2019), y “Punto en medio de un círculo” en el Concurso Nacional de Poesía Enriqueta Ochoa (2021), Mario Castelán se asume como científico-poeta, reflexiona un momento, y agrega: “ahora soy integral. Primero soy científico en mi manera de razonar el mundo, muy experimental. Me cuesta trabajo que me digan poeta”.
Asentado en Saltillo Coahuila, de raíces huastecas, nació en Pánuco, Veracruz, 1978. Es Doctor en Ciencias de la Computación por la Universidad de York, Reino Unido. Miembro del Sistema Nacional de Investigadores.A partir de 2006 se desempeña como profesor investigador en el Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional, Campus Saltillo. Su investigación aborda el descubrimiento de patrones ocultos a través de modelos matemáticos basados en aprendizaje automático.
¿Dónde nació la poesía de Mario Castelán?
“En este lugar surgió mi actividad poética. En Saltillo se arraigó mi actividad científica para darle el lugar al espacio que me está nutriendo ahora: las montañas de la Sierra Madre Oriental de Coahuila. Es como aceptar que uno no vuelve a la madre.
“Mi trabajo nace en Saltillo, pero me gustaría pensar que es del mundo. Lo que llega, lo escribo, tengo la certeza de que el verso solido permanece, aunque no lo escriba, va a regresar.
“Mi actividad poética tiene poco tiempo. El salto a la escritura poética fue a través de la invitación de Radio Concierto Saltillo, donde en 2016 la directora me convenció de tomar un taller de creación literaria.
“Lo único que había hecho hasta entonces era escribir artículos científicos durante 14 años, esa era mi experiencia con la escritura, la familiaridad con los foros científicos, especializados, la comunicación de la ciencia para audiencias académicas.
“Aquel año (2007) marcó una ruptura fuerte de algo que estaba dentro, me movió de lo estructurado a un lugar que no sabía que era mío, muy opuesto y en nuestra ciencia moderna, la poesía me ha hecho cambiar de la ciencia organizada y contenible, donde todo tenía una racionalidad, a la poesía que es lo contrario, el mundo indescriptible al que tratamos de darle algo tangible.
“En 2017 comencé este taller y ni siquiera sabía que quería escribir, no estaba familiarizado, para mí la poesía era Neruda. Lo cierto, es que desde el inicio quise trabajar el subconsciente, crear un contenido que me ayudara a entender mi mundo interior, acepté escribir y salió poesía.
“Fue un proceso de maduración. Comienzo a escribir mi primer libro y estuvo listo tres años después, fue un proceso desde la escritura, me daba cuenta el trabajo que implica escribir. Las artes tienen mucho que ver con talento, lo que he aprendido con la escritura es que el poeta requiere la inversión de mucho tiempo, dedicación, humildad, autoanálisis.
“Tres años revisé mi trabajo en un proceso de creación y destrucción constante.
“En 2019 consideré que era un buen momento de que alguien más opinara sobre lo que había estado escribiendo.
Le animaron a que su primer libro estaba listo para competir. “El día 33” ganó el Certamen Nacional de Poesía de los XXXVII Juegos Florales Nacionales Universitarios(2019). “Fui a recibir mi premio a Campeche donde viví una gran experiencia.
“Seguí escribiendo y en 2021 resulté afortunado con el libro “Punto en medio de un círculo” que ganó el Concurso Nacional de Poesía Enriqueta Ochoa.
“Sobre este segundo premio me avisaron en noviembre, y pensé que fue una corroboración de que algo debo estar haciendo interesante, lo más valioso es que sentí una conexión con Enriqueta Ochoa, hubo un momento en que su poesía me pareció mística, única, Enriqueta y el femenino sagrado. Conecté con Enriqueta y no pensé que fuera a ganar. Me pregunté: ¿Quién soy yo para ganar? lo hice como un acto de congruencia.
“Para mí la poesía hace lo mejor posible al exteriorizar lo que está dentro, un ser que se topa con la limitación del poeta, es como la antítesis del científico, estar en un lugar seguro para comunicar algo estructurado.
“La misma palabra es un límite para la poesía, la palabra es el don de los poetas.
“El propósito es despertar, creo que la poesía y la ciencia, así como las artes, son una manera de despertar. La actividad de escribir es una puerta y un puente”.